Granada

Granada afronta el peor verano desde 2008 por la falta de precipitaciones

  • Los embalses de la provincia gestionados por la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir pierden más de 36% de agua embalsada en cinco años

  • El consumo humano está garantizado

El río Genil, a su paso por la capital.

El río Genil, a su paso por la capital. / álex cámara

Junio, puerta de entrada del verano, se despidió un primer bofetón de calor que obligó a adelantar el fin de curso escolar e hizo presagiar jornadas agónicas en lo meteorológico. Se cumplieron. Julio -salvo por la impresionante tormenta del día 6- se ha ceñido con rigor extremo al guion que marcan las estaciones y permanece seco en las estadísticas de pluviometría. No cae ni una gota. Los agricultores son los primeros que han dejado de mirar al cielo para fijar la vista en el suelo. Los pantanos -que precisamente están ahí para evitar que la falta de lluvias sea una condena- lucen los peores registros de agua embalsada desde 2008. Y queda agosto, mes en el que no normal es que no se registren precipitaciones de importancia. El tramo final del año hidrológico -que finalizará el 30 de septiembre- no permitirá, casi seguro, recuperar las reservas en las infraestructuras granadinas. Los embalses gestionados por la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG), que son todos menos Béznar y Rules -dependientes de la Junta de Andalucía-, están de media a un 39,45% de su capacidad. Hace cinco años, en julio de 2013, se encontraban al 76%, lo que significa que en cinco años has reservas de la Confederación en la provincia han caído más de 36 puntos porcentuales. Si se echa la vista atrás, hay que remontarse a 2008 para encontrar un registro peor en los embalses de la CHG en lo que va de siglo. En aquel verano de hace nueve años, la suma de los registros de los embalses granadinos -menos los de la zona de la Costa- era de 405,5 hectómetros cúbicos. A fecha 1 de julio de 2017, el Sistema Automático de Información Hidrológica (SAIH) de la Cuenca del Guadalquivir indicaba que se almacenaban 436,2 hectómetros cúbicos.

"El consumo humano, por ser prioritario, está garantizado", señalan desde la Confederación. La demanda se cubre a través del agua embalsada, pero "también cabe la posibilidad de extraer recursos hidráulicos a través de aguas subterráneas", indican las mismas fuentes. No es algo excepcional. La web de Emasagra, empresa suministradora de la capital granadina y su Área Metropolitana, señala que las captaciones de agua proceden en un 89% de Canales y en un 11% de sondeos.

El abastecimiento para uso doméstico está garantizado, pero la situación no está tan clara en el campo. "Es necesario esperar la evolución" de lo que queda de año hidrológico y del próximo. "De ello y de la situación de otros recursos disponibles -las aguas subterráneas- dependerán las dotaciones para regadío futuras", indican desde la Confederación. En el informe hidrológico desde el 1 de octubre al pasado 30 de junio, la CHG destaca que la pluviometría media ha estado por debajo de la media histórica en toda la Cuenca en un 11%. En el caso de la provincia de Granada, la situación es peor y la diferencia del agua caída en los nueve primeros meses del año hidrológico con respecto a la media de los últimos 25 años es del 19%. Las aportaciones a los embalses también han sido inferiores, destaca la Confederación en su balance. La "escasez de precipitaciones y escorrentías en la primavera" obligaron a tomar medidas, como adelantar los desembalses para riego al mes de abril "para poder atender" a los regantes. Este adelanto hace prever a la Confederación que el volumen máximo que se acordó desembalsar "se agote antes del final de la campaña de riego", lo que dejará a los agricultores a la espera que llegue la lluvia o de nuevas medidas para cubrir sus necesidades de agua.

El último informe de la sequía publicado con el Ministerio de Agricultura y Pesca coloca a prácticamente todos los sistemas de la provincia dentro de uno de los tres umbrales que se activan cuando el nivel de agua baja. Cubillas-Colomera sigue en emergencia, mientras que San Clemente y La Bolera están en alerta. En prealerta se encuentran Quéntar-Canales, Bermejales y a Hoya de Guadix. Únicamente El Portillo (88% de su capacidad) está en situación de normalidad.

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