Los programas que abordan la política desde el humor, como Caiga Quien Caiga o Noche Hache, cumplen con una función de "servicio social" al conseguir que personas no interesadas en ella se acaben informando o que los responsables de injusticias sean denunciados públicamente ante la sociedad.

Esta tesis es una de las que han mantenido hoy responsables y reporteros de estos programas televisivos en una mesa redonda sobre la información política contada desde el humor, celebradas en Granada en el marco de las IV Jornadas de Comunicación.

La periodista Marta Nebot, reportera en el programa Noche Hache de Canal Cuatro, ha señalado que su programa "informativo y satírico" consigue que personas que no se interesan por la política "acaben por saber lo ocurre a su alrededor", a través del uso del humor con los silencios o las caras de los políticos que, en ocasiones, "dicen más que las palabras".

La periodista ha considerado que con el humor se consigue "la respuesta a las preguntas que nadie se atreve hacer", y logra además arrancar risas por la reacción de los políticos a las preguntas incómodas.

Su opinión sobre la pregunta que da nombre a las jornadas, "¿Quién gobierna a quién?", es que los políticos gobiernan, pero los periodistas "hacemos las preguntas, que no es poco".

Por su parte, el director de Noche Hache, Edu Arroyo, que también ha dirigido programas como El Informal o Caiga Quien Caiga, ha asegurado que gobierna el político, "en principio", ya que existe una retroalimentación con los periodistas.

Arroyo ha explicado a los asistentes que, desde su experiencia, existen distinta tipología de políticos: el "gracioso" como José Bono o Miguel Arias Cañete, quien "trae los chistes preparados de casa"; el "soso" como Pepe Blanco o Ana Pastor; el "rápido" como José Blanco o Alberto Ruiz Gallardón, con quienes no han podido hablar en doce años, y el "entrañable" como Rafael Simancas, que "caen bien".

Por último, el reportero de Caiga Quien Caiga encargado de la sección "Proteste ya", Fernando González o "Gonzo", ha destacado que este tipo de espacios informativos necesitan el humor porque, de lo contrario, "los contenidos serían intratables", como aquellos problemas que acontecen en las pequeñas localidades y que, en principio, "a nadie interesa hasta que lo tratas con humor".

El método es "avergonzar" a los políticos para contribuir a que acaben con las injusticias sociales que se dan en sus localidades denunciadas por los vecinos, algunas de ellas erradicadas en la actualidad gracias a la llegada de las cámaras.