Granada

Iniciativa ciudadana para trasladar la Puerta Bib Rambla a su plaza

  • Impulsada por el poeta Tomas Navarro, recoge firmas en Change.org para subsanar el "agravio" de su polémico traslado a la Alhambra

Detalle de un grabado de David Roberts de 1833 de la Puerta de las Orejas.

Detalle de un grabado de David Roberts de 1833 de la Puerta de las Orejas. / G. h.

Una iniciativa ciudadana impulsada desde la plataforma Change.org está recogiendo firmas para que la Puerta de Bib Rambla, hoy casi olvidada en los bosques del paseo central de la Alhambra, vuelva a su plaza original. El promotor de la misma es el poeta y periodista Tomas Navarro, que considera que el polémico traslado subsanaría "un agravio histórico" y revitalizaría el eje monumental que conforma la Catedral, la Madraza, y el Corral del Carbón.

El periodista explica que la "Puerta de Bib Rambla, una joya de la arquitectura nazarí del siglo XIII, fue desmochada de su plaza granadina de Bib Rambla en 1884 y trasladada posteriormente, en 1933, al bosque interior de la Alhambra. Desde entonces está separada de su ubicación y oculta de su original emplazamiento urbano". Por este motivo, pide al Ayuntamiento de Granada "que ésta sea trasladada y emplazada de nuevo en su lugar natural al considerar que fue un atentado contra el patrimonio histórico su derribo". "Creemos que ya es hora de restañarle a la belleza granadina el daño causado en su día y devolverla a su plaza realzará el patrimonio histórico del centro de Granada", señala Navarro.

Cuenta que la iniciativa surgió tras las numerosas preguntas de amigos de fuera cuando los acompañaba en sus visitas por los bosques de la fortaleza nazarí y además de una treintena de firmas cuenta con el respaldo de comerciantes del centro e incluso el director del Patronato de la Alhambra, que se muestra dispuesto a estudiar la petición si los informes técnicos son favorables.

El cambio de ubicación de la puerta monumental ya estuvo en su día rodeado de tal controversia que llegó a intervenir entonces la autoridad máxima del Estado. El historiador José Luis Delgado precisa que así se llamaba "por exponerse en ella las orejas, manos y otros miembros cortados a los criminales, malhechores y estafadores". Aunque también señala otra segunda versión: "Otros cuentan que los rateros cortaron algunas orejas para robar los zarcillos de las damas, aprovechando el gentío que huía de un accidente durante un festival en la Plaza de Biba Rambla con motivo de la venida de Felipe IV".

La remodelación y el alineamiento de las calles y plaza de Biba Rambla data de 1837. Fue cuando, con el pretexto de acometer las obras, comenzó a replantearse la posibilidad de tirar edificios y adecentar las entradas.

Según Delgado, "desde entonces empezó a peligrar la situación del llamado Arco o Puerta de las Orejas, entrada natural desde las calles Mesones y Salamanca al mercado de hortalizas, frutas y abacerías que estaba en Biba Rambla".

"En este mismo año 1837, por aquello de la desamortización, se habían derribado los conventos de agustinos y monjas capuchinas para instalar después allí los mercados de Capuchinas y de San Agustín, liberando así a la Plaza de Biba Rambla", detalla. Veinte años después, se vuelve a hablar de la demolición de la puerta por parte del Ayuntamiento. La prensa de Madrid, el periódico El Dauro, la Academia de Bellas Artes, la Comisión de Monumentos Históricos y buena parte de los intelectuales granadinos manifestaron su alarma y elevaron sus quejas pidiendo explicaciones.

"El arquitecto Juan Pugnaire aseguraba que la puerta no correría peligro alguno de desaparición y así fue. Pero la idea no se olvidó; el Ayuntamiento republicano de 1873 inició su derrumbe y en septiembre de 1884 se produjo su definitiva demolición, argumentando el ahora Ayuntamiento conservador su estado ruinoso y el peligro de posibles accidentes", resume Delgado, quien destaca que las protestas de la Academias de la Historia y de Bellas Artes San Fernando, la de la Comisión Provincial de Monumentos, los escritos de Torres Balbás, de Francisco de P. Valladar, de Gómez Moreno, etc. de nada sirvieron. Aun así, "no sólo se derribó la Puerta sino que además se festejó el acto con lanzamiento de cohetes y fuegos artificiales. Parece que convenía su derribo a intereses particulares de algunos granadinos que veían la posibilidad de pingües beneficios urbanísticos".

"A favor del derribo se manifestaron los comerciantes de la zona que estaban dejando de vender; los vecinos propietarios no alquilaban sus viviendas y la puesta en valor de una zona nueva y limpia hizo frotar las manos de alegría a más de uno. Entre todos cerraron la puerta y mandaron las piedras a la basura, a pesar de que había sido declarada Monumento Nacional", señala el historiador, quien recuerda que la Puerta se salvó gracias a la intervención del arquitecto conservador de la Alhambra, de ahí su ubicación: "Fue Torres Balbás el que en el año 1933 la reconstruyó y mandó fijar en donde ahora están".

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