Granada

Juana Rivas se derrumba y asegura que no entregará hoy a sus dos hijos

  • La mujer asegura que el mayor tiene "pánico" de vivir con su padre en Italia y dice que luchará "hasta el último aliento"

  • Maracena condena la parálisis de la justicia y acude al Defensor del Pueblo

Juana Rivas arropada tras un acto público

Juana Rivas arropada tras un acto público / Lourdes Mingorance

El tiempo se agota para Juana Rivas, la mujer maltratada que hoy tiene obligación de entregar a sus hijos de 11 y 3 años por orden del Juzgado de Primera Instancia Número 3 de Granada a su progenitor. Con los ojos empañados de lágrimas y realmente afectada, esta madre ofreció ayer una rueda de prensa en Maracena junto a la directora del área de Igualdad del Ayuntamiento de la localidad, Francisca Granados. Lo hizo para pedir auxilio. Para luchar porque sus hijos sigan viviendo con ella y no se produzca un daño "irreparable" tras ser trasladados con su ex pareja a Italia. "Es peligroso que vivan con él (...) Yo creo en los milagros", dijo Rivas en un grito desesperado a la vez que advirtió que no tiene intención de entregarlos esta tarde y que los defenderá hasta "el último aliento".

Su calvario comenzó, según consta en el expediente existente en el Centro Municipal de Información a la Mujer del Ayuntamiento de Maracena, después de tener a su primer hijo. Tras vivir varios episodios violentos, Juana Rivas decidió montar un negocio en Granada para "ganar autonomía económica" con la intención de salir de la situación de maltrato a la que su pareja le sometía. El 7 de mayo de 2009, tras "uno de tantos episodios, una amiga la ve con la cara llena de moratones y le dice que esto no puede seguir así y que tiene que ir al médico. El facultativo emite un parte de lesiones y le animó a poner una denuncia". Tiempo después, el 26 de mayo de 2009, el Juzgado de lo Penal de Granada condena a la pareja de Rivas a una pena de tres meses de prisión, por un delito de lesiones en el ámbito familiar. También le impone una orden de alejamiento.

Sin embargo, Juana Rivas decidió volver con él, lo que conllevó el nacimiento de otro niño que ahora tiene tres años. Ante la situación de violencia "física y psicológica" que sufrió, finalmente decidió poner tierra de por medio y volver a España para buscar el apoyo de sus familiares. Fue en mayo de 2016 cuando regresó con sus dos hijos a España con la intención "oculta de no volver con el maltratador". El 9 de junio de 2016 acude al Centro de la Mujer de Maracena donde se le brinda una atención individualizada. Desde ese momento, según indicó ayer Rivas, los niños viven en un clima favorable y están recuperando su inocencia y la tranquilidad. "El mayor no desea regresar a Italia con su padre. Me dijo que no podía dormir, que se le ha acabado la vida y me decía, mamá, no puedes permitirlo", explicó la madre de estos dos niños que está realmente desesperada.

Pese a lo relatado por Rivas, el citado Juzgado determinó el pasado lunes que la mujer deberá llevar hoy a sus hijos al Punto de Encuentro Familiar de Granada a las 16:30 para que sean entregados a su progenitor y trasladados a Italia donde tienen "su residencia habitual". La jueza argumentó su decisión al entender que la restitución de los menores se hace "sin peligro" y después de que el padre presentara el pasado viernes un escrito en el Juzgado reclamando la ejecución de la sentencia y pidiendo medidas urgentes. Además, la jueza pidió auxilio a la Unidad de Familia y Mujer del Cuerpo de la Policía Nacional para que garanticen que el cumplimiento del mandato judicial "adoptando las medidas precisas y actuando donde sea que se encuentren los menores". Cabe resaltar que contra esta resolución cabe recurso de reposición ante este mismo Juzgado, "no obstante lo cual, se llevará a efecto lo acordado", añadió la providencia. Esta decisión del Juzgado se produce pese a que aún no se ha resuelto el recurso que la abogada de Juana Rivas ha presentado ante el Supremo.

En este sentido, Francisca Granados destacó ayer cómo este caso es un auténtico despropósito desde el inicio, el 12 de julio de 2016 cuando Juana Rivas inició acciones legales contra su ex pareja y padre de sus hijos por violencia de género. "Llevamos más de un año intentando defender en los tribunales lo que entendemos que la ley nos permite", destacó Granados quien recordó cómo la ley, desde 2015, dice qué hay que hacer ante una situación de violencia de género en la que además están afectado menores". Sin embargo, según detalló, esto "tristemente" no ha llegado todavía a los tribunales y la normativa vigente no está siendo objeto de aplicación". Ahora, "nos encontramos con esta dicotomía: la denuncia presentada el 12 de julio de 2016 en la que Juana expresa la situación que padecía y que tiene que salir huyendo para buscar protección en su país junto a su familia está en este momento en un despacho de Madrid esperando ser traducida para ser enviada a la justicia italiana", denunció.

En julio de 2016, según Granados, la jueza de violencia de género de Granada ignora el artículo 17 del Estatuto de la Víctima que dice que no se puede "archivar ni inhibir ante una causa de estas características sino que tiene que remitirla de manera inmediata a la autoridad competente si es que entiende que no tiene jurisdicción este juzgado como ella entendió para ello". "Nos encontramos a más de un año de esa denuncia y no ha corrido ninguna prisa. Está todavía en un despacho de Madrid esperando ser enviada a la justicia italiana", explicó Granados que avanzó que ayer se presentó un escrito de queja ante el Defensor del Pueblo Andaluz para denunciar la falta de información sobre esa denuncia ante la que se presentó por parte de la asesoría jurídica a la Fiscalía a primeros de este año.

Granados criticó como, a pesar de la parálisis, el Juzgado de Primera Instancia 3 de Granada "si ha corrido de una manera sorpresiva para que esta mujer tenga que entregar a los menores". "La jueza no solo no tiene la más mínima consideración ni ha cumplido con la ley que refiere a violencia de género si no que, sabiendo la situación vivida por Juana obliga a que sea la madre la que ponga en manos del padre a los niños en ese punto de encuentro".

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