Granada

"Legítimas diferencias" y "lealtad" entre instituciones

  • La celebración del quinto centenario de la institución y la capitalidad cultural de la ciudad, en el horizonte

En primera fila, Paco Cuenca, María José Sánchez, el teniente general jefe del MADOC, José Carrasco, y Teresa Jiménez.

En primera fila, Paco Cuenca, María José Sánchez, el teniente general jefe del MADOC, José Carrasco, y Teresa Jiménez. / pedro hidalgo

La aspiración de la ciudad de sortear, de una vez, el lastre de las infraestructuras y dotarse de los medios para figurar entre las grandes capitales también estuvo presente ayer en el discurso de la rectora de la Universidad de Granada, Pilar Aranda, "porque somos y queremos ser una universidad ciudadana", que no esté, sino que sea parte de los barrios. Por ello, Aranda destacó que la Universidad pone "la conmemoración del quinto centenario de nuestra institución al servicio de la candidatura de Granada como capital europea de la cultura en 2031".

La efeméride y la capitalidad han servido para afianzar la relación entre instituciones. "Señor alcalde -exhortó Aranda al regidor, Paco Cuenca-, siempre ha tenido y tendrá a la Universidad como aliada". El ofrecimiento -del que destacó la "lealtad" y la "colaboración"- tuvo su envés en el reconocimiento por parte de la rectora de que "también en ocasiones hay legítimas diferencias de opinión y de intereses institucionales". La llamada de atención bien pudo tener su origen en la discrepancia sobre el proyecto planteado antes del verano por el Ayuntamiento para financiar el soterramiento del AVE en su entrada a Granada. El proyecto contaba con la cesión de los comedores universitarios y del campo de rugby -ambas instalaciones en Fuentenueva- para la construcción de edificios con los que financiar la ejecución de las obras.

Más allá de la llamada de atención, Aranda imbricó el papel de la universidad y de su comunidad en el desarrollo de Granada. "Ambas instituciones hemos mantenido contactos para dar un nuevo contenido a nuestras relaciones y plantear una alianza estratégica de más largo alcance". En este objetivo aparece una fecha clave, 2031, año en el que se celebrará el quinto centenario de la fundación de la institución por parte del emperador Carlos V. "El año 2031 no debe ser planteado como una conmemoración sino un horizonte de acción, una oportunidad para dotar a esta ciudad de un proyecto ciudadano". Las decisiones que se tomen, según anunció la rectora, serán "permeables" en la movilidad -ayer hubo consenso a la hora de felicitarse por la puesta en marcha del Metro- y la "estructuración urbanística". "La Universidad y la ciudad son una realidad institucional indisoluble", añadió la rectora, que, además, defendió que esta apuesta de "rendir beneficios materiales a la sociedad" no puede costearse con la renuncia de "las misiones fundamentales" de la institución. Aquí zanjó que "si se traiciona a sí misma plegándose a intereses del mercado a consideraciones de oportunidad política" también se traicionaría a la sociedad.

Ayer, al solemne acto en el Crucero del Hospital Real, acudieron representantes de las distintas administraciones e instituciones, que pudieron escuchar el listado de retos a los que se enfrenta una UGR que encara cinco siglos de vida y ser motor de la reforma del sistema universitario. A la convocatoria asistieron dos consejeros, el de Economía, Antonio Ramírez de Arellano, y la de Igualdad, María José Sánchez; el Teniente General Jefe del MADOC, José Carrasco Gabaldón; el alcalde, Paco Cuenca; la vicepresidenta del Parlamento andaluz, Teresa Jiménez; el diputado del Congreso de los Diputados Carlos Rojas; el arzobispo, Francisco Javier Martínez; además de representantes de los comités de empresa y de la junta de personal de la UGR.

Un grupo de una veintena de estudiantes convocados por la Coordinadora Sindical Estudiantil (CSE) se manifestaron antes del inicio del acto fuera del Hospital Real.

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