OPERACIÓN CRUCES

Una marea de jóvenes desborda la ciudad

  • La Policía Local establece puntos de control para requisar bebidas y evitar los botellones

  • Los jóvenes cambian de rumbo a media tarde y colapsan la Cruz de la Plaza de Derecho

  • Hacia las 22:00 se desalojaron las barras

Quienes siguen confundiendo el Día de la Cruz con un macrobotellón lo tuvieron ayer difícil -pero no imposible- para disfrutar de sus bebidas ocultas en bolsas de plástico. Los efectivos de la Policía Local trabajaron duro para evitar que la festividad se convirtiera en una excusa para beber alcohol en grandes cantidades en plena calle. Así, los agentes se desplegaron por distintos puntos y, más especialmente, en los rincones donde el pasado año -el primero con barras tras la ley seca de Torres Hurtado- se produjeron conflictos.

Uno de ellos fue el Albaicín. Un año después de que se produjera un auténtico embudo en Plaza Larga, los agentes establecieron hasta cuatro puntos de control de acceso al histórico barrio. Según indicaron fuentes policiales, los agentes se situaron, concretamente, en la Cuesta de San Gregorio en la confluencia con Caldereros; Carrera del Darro-Plaza Nueva; Cuesta Alhacaba-Plaza Larga y Pagés-Panaderos. Entre sus objetivos el principal fue uno: impedir el acceso de jóvenes con botellas.

Los operarios de Inagra trabajan desde ayer para devolver la limpieza a la ciudad

Así, cada vez que un grupo llegaba con bolsas de plástico a esta zona, los agentes se encargaron de requisarle todas las bolsas de bebida. Algunos, incluso, llegaron a verter el contenido en las alcantarillas antes de depositarlas en los contenedores de Inagra.

En algún momento se debió correr la voz de que este año Plaza Larga no era buen sitio para beber en la calle pues, cerca de las 19:30, la zona donde había una de las cruces premiadas estaba prácticamente despejada. Tan solo acudían las personas que de verdad querían ver la Cruz, que este año se ha alzado con el primer premio del concurso municipal que selecciona las instalaciones más bellas.

No obstante, los jóvenes que ya habían iniciado su trayecto con destino a Plaza Larga no se marcharon a casa. Optaron por acercarse a otros puntos de la ciudad donde, en principio, sí estaba permitido beber: las barras del casco histórico. Y así fue como a media tarde la Plaza de Derecho y todo el entorno sufrió un auténtico colapso. En esta ubicación estaba instalada una Cruz a esa hora que apenas era visible para los asistentes. Pero es más, poco después este punto se desbordó tanto que la Policía Local tuvo que desalojar a multitud de personas con el apoyo de los caballos. También tuvieron que cortar las calles próximas al tráfico como San Jerónimo o la calle Arandas. Eso, a pesar de que el Ayuntamiento de Granada había reforzado el control policial y había instaurado una obligación para las cruces con barra: debían tener vigilantes que controlaran el aforo y que los asistentes no sacaran las bebidas de los límites de la Cruz que habían sido vallados.

Hacia las 22:00 de la noche todas las cruces con barra debían finalizar su actividad. Los agentes de la Policía local se personaron en las distintas zonas para asegurar que así se hacía. Sin embargo, según fuentes policiales, aunque se pudo "controlar el Albaicín" y la Plaza de Derecho fue desalojada por completo, hacia las 23:00 horas todavía había multitud de personas bebiendo alcohol concentradas en puntos como el entorno de Ganivet. No obstante, al cierre de la edición de este periódico, la Policía Local aseguró que la jornada se vivió sin incidentes de gravedad. El Ayuntamiento había previsto un plan especial de seguridad diseñado para el Día de la Cruz. Todos los esfuerzos estaban centrados en los barrios históricos, con especial protagonismo del Albaicín para controlar el aforo de las plazas y evitar aglomeraciones y botellones.

La concejal de Protección Ciudadana, Raquel Ruz, detalló que 150 agentes de la Policía Local iban a trabajar dentro del dispositivo especial diseñado por el Día de la Cruz. Además de controlar los aforos, los agentes también incidieron en la retirada de botellas con bebidas alcohólicas para evitar botellones y cualquier otro objeto que entrañara peligro.

A la Policía Local se sumaron los voluntarios de Protección Civil, que contaban con dos ambulancias, vehículos y personal motorizado para garantizar una atención rápida y agentes de la Policía Nacional y la Guardia Civil, encargada de los accesos a la ciudad, activos junto al personal del servicio de emergencias 112.

Los agentes de la Policía Nacional también habían organizado un dispositivo específico de seguridad de cara a la mayor afluencia de público a la ciudad. Así, agentes especializados de distintas unidades policiales U.I.P., U.P.R., Radiopatrullas, Sala del 091, así como de las Brigadas y Comisarías de Granada velaron por la seguridad. El objetivo que se marcaron, según detallaron a través de un comunicado, consistió en reforzar y proteger los espacios públicos en los que se preveían aglomeraciones y gran afluencia de público mejorando la prevención de hechos delictivos en dichas zonas. Además, brindaron apoyo a través de la app Alertcops, con la que cualquier persona con independencia de su idioma, origen o de sus discapacidades auditivas o vocales podrá comunicar una alerta sobre cualquier acto delictivo o incidencia de seguridad del que esté siendo víctima o testigo.

Para garantizar la limpieza de la ciudad, operarios de Inagra trabajaron desde ayer. Aunque será hoy cuando se perciba una mayor presencia de operarios, ya que a partir de las 6:00 de la mañana unos 50 operarios se dedicarán a barrer las calles, especialmente la zona del centro, Realejo y el Albaicín, todo ello apoyado por un camión recolector y otro de caja abierta para la retirada de contenedores papelera, al objeto de conseguir restablecer el nivel de limpieza de la ciudad de Granada a la mayor brevedad.

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