El Grupo Parlamentario Socialista de Granada calificó ayer de "broma de mal gusto" el proyecto ferroviario impulsado por el Gobierno de España y recordó que el compromiso del PP era que los trenes llegaran de manera "inmediata" a la capital granadina. "Parece una inocentada pero es la cruda realidad, esta provincia va a cumplir en los próximos días 1.000 días sin trenes, una barbaridad con la que el Gobierno de Mariano Rajoy nos está tomando el pelo a la ciudadanía", señaló la coordinadora del Grupo Parlamentario Socialista de Granada, Elvira Ramón.

Ante la estación de Renfe de la capital, la diputada en el Congreso, que estuvo por el diputado Gregorio Cámara y los parlamentarios Miguel Castellano y Olga Manzano, lamentó que "los autobuses aparcados en la puerta es lo único que se ve en la estación de Renfe", en alusión al plan alternativo por carretera que el Ministerio de Fomento puso en marcha el 7 de abril de 2015, coincidiendo con el corte del tráfico ferroviario, y que a día de hoy sigue vigente "con un coste aproximado de 8.500 euros diarios". Elvira Ramón censuró la continuación de las obras relacionadas con la Alta Velocidad, "a pesar de que hace apenas un mes el PP anunció a bombo y platillo que se había puesto la última piedra".

Por su parte, el parlamentario Miguel Castellano criticó que, tras la visita de Íñigo de la Serna a Antequera, el pasado 1 de diciembre, "no hayamos vuelto a ver un tren en pruebas pasar por las vías". "Esa es la última mentira del PP, el ministro vio un tren experimental sin electrificar que hizo una pasada entre Granada y la estación de Santa Ana en Antequera y no ha vuelto a pasar más", reprochó el socialista, que ha insistido en que "quedan muchas cosas pendientes".

Miguel Castellano aludió también a las condiciones del trazado a su paso por Loja donde "no hay doble vía electrificada sino más bien una grandísima chapuza que tuvo como punto culminante la paralización de la circulación ferroviaria".

El parlamentario recriminó que el ministro condicione ahora la llegada de los trenes al dictamen de la Agencia de Seguridad Ferroviaria. Un hecho que deja "un escenario bastante preocupante porque con esa chapuza hay muchas posibilidades de que el proyecto no cumpla la normativa".