ayer y hoy

Pahiño, el internacional 'rojo' del Granada

  • Tachado de "rojo" por leer a los autores rusos en la época de Franco

  • Expulsado por agresión, le cayeron doce partidos de sanción

  • Pero el Granada ascendió a Primera División

Memorable año 1957 que los mayores recordarán por el ascenso del equipo a Primera División. Eran los años del presidente Bailón Verdejo, en la portería alternaban Candi y Piris y en la delantera dos míticos delanteros internacionales ya veteranos,Igoa y Pahiño, que venían rodeados más de fama que de forma.

El caso del gallego Manuel Fernández, conocido como Pahiño, resulta curioso. Era en su tiempo uno de los mejores delanteros españoles que, procedente del Celta, lo fichó el Real Madrid, acabó siendo internacional con la selección española en la década de los 40, dos veces trofeo Pichichi como máximo goleador, hasta que empezó su decadencia con la aparición en Madrid de Alfredo Di Stéfano. Tras su paso por el Deportivo de La Coruña, donde compartió vestuario con Luis Suárez y Arsenio Iglesias, lo ficha el Granada en 1956 que por entonces militaba en Segunda División.

Se auguraba una buena temporada. El fichaje de los dos veteranos internacionales Silvestre Igoa y Manuel Pahiño, con los refuerzos del primer jugador de raza negra Ben Barek y los granadinos Vicente, Baena, Guerrero, Olalla, Navarro y los demás, el Granada cuajó una memorable temporada que acabó con el ascenso a Primera División.

Pahiño ya venía señalado por la censura franquista desde que se le conocía su afición a la lectura de autores rusos como Dostoievski y León Tolstói; tiempos difíciles aquellos de la posguerra española con depuración incluida; pero el colmo fue la descarada sonrisa que le produjo el comentario en el vestuario de uno de los dirigentes federativos, momentos antes de un partido contra Suiza en 1948. Lo que pasa es que el tal dirigente era nada menos que el general Gómez Zamalloa, héroe de la batalla del Jarama, que quiso arengar a los jugadores con estas palabras "Ya sabéis, cojones y españolía". La risita escapada al joven Pahiño le marcó su carrera. Tildado de jugador conflictivo, fue apartado de la selección; tuvo que esperar hasta 1955. Al año siguiente lo fichó el Granada, pero ya tenía 34 años. Razón por la que no siempre fue titular en el equipo.

Cuentan las hemerotecas que en 1945, en un partido de ascenso a Primera División entre el Celta de Vigo, donde militaba Pahiño, contra precisamente el Granada (4-1), se rompió el peroné por una dura entrada de la defensa granadina y jugó todo el resto del partido con la pierna rota y simplemente vendada.

Años más tarde un lance del juego marcaría el final de su carrera. La Real Federación sancionó nada menos que con doce partidos al jugador Pahiño por agresión a un contrario. Elevada sanción que muchos consideraron como una maniobra política contra un conflictivo futbolista de izquierdas. El 21 de abril de 1957 en el partido Betis-Granada, un choque con el defensa bético Felipe hizo que el árbitro Castiñeira expulsara del campo a Pahiño. Ahí terminó su carrera.

Pahiño fue considerado como hábil rematador, hombre de área, goleador nato; iba bien con las dos piernas y tenía facilidad en los remates de cabeza; razón por la que consiguió dos veces el Pichichi. Es verdad que cuando llegó al Granada ya venía de vuelta. En conversación con otro gallego, Candi, me contó que era hombre reservado, silencioso y poco dado al humor "granaíno", pero jugador que mantenía su clase y su olfato goleador. Unas diferencias con el entrenador del Granada Álvaro acabaron con el cese del preparador. Pahiño, además de gol, tenía genio.

Había nacido en San Paio de Navia (Vigo) en 1923. Falleció en 2012 a los 89 años. Hoy en Vigo un estadio municipal lleva el nombre de Manuel Pahiño inaugurado en su recuerdo en 2010. Al evento asistió el que fuera su compañero y luego también jugador del Granada Arsenio Iglesias. Recordamos a Pahiño, pero sobre todo que ayudó al Granada en el ascenso a Primera División. A ver si esta temporada aprenden algunos.

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