Hubo un enfrentamiento con la Policía Local, pero fue como consecuencia de una "provocación" de los agentes, que detuvieron y esposaron a un joven sólo por negarse a darles los bongos que estaba tocando. Es, en resumen, la versión que ayer facilitaron varios amigos de las tres personas detenidas el domingo por la tarde en el Paseo de los Tristes, que ayer quedaron en libertad tras prestar declaración en los juzgados.

Según explicaron, el incidente se originó cuando una patrulla de la Policía Local se presentó en la zona a eso de las siete de la tarde, cuando estaba muy concurrida, y conminó al joven a que dejara de tocar los bongos alegando que estaba prohibido. Él se negó y, en un momento de la discusión, cogió los bongos entre los brazos, con fuerza, para dejar claro que no pensaba dárselos.

Entonces, siempre según esa versión, los policías se fueron a por el joven, le esposaron y lo llevaron a su vehículo casi a rastras, mientras un buen número de testigos, la mayoría amigos del músico ocasional, protestaba de forma airada. Los policías, al ver el cariz que estaban tomando los hechos, optaron por pedir refuerzos y, cuando éstos llegaron, se reprodujeron los insultos y se originó el enfrentamiento que desembocó en otras dos detenciones.

Esa versión de los hechos no omite que hubo insultos contra los agentes y también admite que, en cierto modo, algunos de los congregados les faltaron el respeto, pero es, por lo demás, bien distinta a la facilitada el domingo por la tarde por portavoces de la Policía Local, que afirmaron que un joven lanzó a un coche patrulla una botella de cerveza. En cuanto al motivo de las detenciones, alegaron que dos de ellas fueron por agresión a un agente de la autoridad y la otra, por resistencia. También dieron por sentado que los jóvenes, de estética hippie, habían estado "bebiendo" esa tarde.