Granada

Quejas laborales en una gran empresa

  • El Hospital Virgen de las Nieves asume los nuevos proyectos entre las quejas sindicales y de trabajadores por su política de personal · Desde febrero, un grupo de médicos ha radicalizado las protestas

Desde que a mediados de 2004 el entonces gerente del Hospital Comarcal Santa Ana de Motril, Arturo Domínguez, ocupó la gerencia del Hospital Virgen de las Nieves de Granada, no han parado las protestas en una de las grandes empresas de la ciudad por número de trabajadores.

Pero lo que los primeros tres años eran las protestas 'lógicas' de una empresa de este nivel, desde hace seis meses se han radicalizado las quejas de un grupo de médicos que ha llegado a nombrar al gerente persona 'non grata' en su propio hospital.

Una situación que está ocupando espacio en los medios de comunicación pero que no se traduce de forma directamente proporcional en los pasillos médicos, afortunadamente. Si bien es cierto que hay comentarios, la labor asistencial se mantiene y el trabajo de las personas que hacen funcionar el hospital es el mismo día a día, cuidar al paciente.

Hasta el año pasado, los sindicatos eran la voz más crítica de la política de personal del gerente, sin que ello haya excluido las alabanzas por la modernización del centro y sus nuevos proyectos. Pero, las manifestaciones contrarias han pesado más en estos años que lo elogios, con continuas peticiones de dimisión elevadas incluso a la Consejería de Salud.

A nivel sindical, todos ( CCOO, CSI-CSIF, UGT, Sindicato Médico y sindicatos de otras categorías profesionales) han organizado en estos cuatro años paros, manifestaciones, escritos de protesta y denuncias contra su gestión. En definitiva, se pedía más personal y medios para los servicios.

Sobre estas peticiones, normales por otra parte en el mundo sindical, dedicado a intentar mejorar lo existente, el gerente ha asegurado a este periódico que "se han ido solucionando" los inconvenientes siempre en función de la política y los recursos marcados por la Consejería.

Luego llegaron las quejas desde los propios servicios. Anestesia y Urgencias han sido los puntos fuertes de conflicto desde que comenzó su gestión. Los anestesistas denunciaron sus excesivas jornadas laborales y en Urgencias se pide más personal, menos guardias y más retribución. "El caso de anestesia, que denunciaban jornadas de hasta 48 horas, está resuelto. Urgencias es un servicio difícil y es verdad que siempre se quiere más, pero no nos podemos quejar", matiza Domínguez.

Una de las quejas que más ha tenido que escuchar de sus trabajadores es que, además de faltar personal, no se cubren las bajas. La respuesta parece clara. "Tenemos financiación para cubrir el 40 por ciento de las bajas y se sustituye hasta donde da el crédito. Puede ser insuficiente pero somos la única empresa pública que tiene esa financiación".

Desde la gerencia se llega hasta a comprender la actitud crítica. Saben que tienen mucha responsabilidad y que es una empresa grande donde es muy difícil agradar y contentar a todos. Pero no se piensa en la derrota sino en seguir poniendo en marcha proyectos.

De hecho, pese a las críticas y denuncias, se asegura que no se plantean alternativas distintas al plan de gestión del hospital. "Yo soy dialogante y no rechazo atender las peticiones, pero hay que exigir propuestas", dice.

Pero todo se complicó aún más el pasado febrero, con la primera reunión de facultativos, unos 200, que se plantaron contra su política de personal. La conocida 'rebelión de las batas blancas', que ha celebrado ya dos reuniones llegando a nombrar persona 'non grata' a Domínguez. Luego se produjo la dimisión del director médico del hospital, puesto para el que aún no hay nuevo nombre.

El movimiento es ahora el grupo más crítico a su gestión, con peticiones radicales de dimisiones y denuncias graves de la situación de servicios. Pero otros médicos aseguran que son sólo un grupo y que el resto del hospital sigue trabajando con la misma fuerza e ilusión por que su hospital mantenga un nivel de excelencia reconocido.

Otra acusación ha sido la de nombrar a dedo a jefes de servicio y actuar con política y amiguismo

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