Granada

Regreso al futuro en Metro

Sin estar siquiera construido, el Metro de Granada ya ha servido para viajar, pero sólo en el tiempo. Tras conocerse el nuevo acuerdo alcanzado ayer por la Junta y el Ayuntamiento de Granada sobre el trazado 'definitivo' de este medio de transporte, muchos se acordaban del primer documento aportado por la empresa Giasa hace más de cinco años. Las similitudes en el diseño de la línea son tantas que es inevitable pensar en el lapsus de tiempo intermedio.

Pero ese tiempo no ha estado vacío de propuestas e iniciativas. Más bien al contrario, han sido tantas que sería difícil hacer una recopilación exhaustiva. Ha habido metros soterrados y en superficie con todas las variables posibles, con plataforma reservada o sin ella, con más o menos estaciones, con subidas y bajadas en distintos puntosý También ha habido metros por Doctor Olóriz, por Reyes Católicos, por San Juan de Dios, con la variante añadida de ir bajo tierra o no. Líneas circulares, añadidos en los extremos y hasta intermodalidad. De todo.

La idea del Metro en Granada parte del Plan Director de Infraestructuras 1997-2007, del Estudio de Transporte del Área Metropolitana de Granada de 1998 y de los planes urbanísticos locales, tanto el del área metropolitana (POTAUG), de 1999, como el de la ciudad (PGOU), de 2000. Estos documentos ponían de manifiesto la necesidad de construir el nuevo medio de transporte por la "crisis" que ya entonces padecía el sistema de comunicaciones, el mismo que se mantiene en Granada casi diez años después.

Fruto de todo esto fue la elaboración por parte de la Junta de unos primeros documentos con directrices que luego se desarrollaron en un estudio informativo que la Administración Autonómica encargó a la empresa Aguas y Estructuras (AYESA), por mediación de Giasa.

En aquel primer estudio ya se dibujaban propuestas de trazado muy similares a la acordada ahora por el Ayuntamiento de la capital y la Junta. Casi lo único que ha permanecido estable en el tiempo de aquel primer documento es la idea de que la línea principal tuviera un desarrollo Norte-Sur, desde Albolote al Campus de la Salud. El estudio planteaba varias propuestas de trazado por zonas más conflictivas.

En lo concerniente al término municipal de Granada, el documento proponía la entrada desde Maracena por debajo de la Circunvalación (en subterráneo), el paso por la Carretera de Jaén junto a la Estación de Autobuses y dos variantes posteriores: bajar a la Avenida de Andalucía por la Avenida de la Argentinita o por Doctor Olóriz hasta la Avenida de la Constitución. Tanto en un caso como en otro, se atravesaba en subterráneo la estación de ferrocarril para llegar al Camino de Ronda por Severo Ochoa. Luego dejaba abierta la opción de recorrer el Camino de Ronda desde Méndez Núñez hasta el Zaidín soterrado o en superficie. Y al final, la conexión con el Campus podría ser por Pintor Manuel Maldonado (por arriba) o por la Avenida de Dílar (bajo tierra).

Al primer gobierno que le tocó valorar esta propuesta fue al gobierno tripartito de Moratalla (PSOE), que al final del mandato planteó una alegación que fue aceptada por la Junta y que, en teoría, dejaba las cosas claras para ponerse a trabajar. El Ayuntamiento pidió entonces una línea que recorriera en superficie todo el Camino de Ronda, sin entrar en la zona de la Estación de Ferrocarril. Pero pidió que se añadiera una línea circular por el centro, también en superficie. Ésta pasaría por Constitución, Gran Vía, Reyes Católicos y la Acera del Darro hasta conectar con la línea principal en el Zaidín.

Ya en la campaña electoral de 2003 el PP anunció que no estaba de acuerdo con ese trazado acordado y planteaba propuestas alternativas basadas en el soterramiento completo, incluso por el Centro. Cuando Torres Hurtado llegó a la Alcaldía una de sus primeras decisiones fue decirle a la Junta que había que empezar a negociar de nuevo el trazado.

En estos cuatro años de gobierno del PP, las conflictivas relaciones entre el Ayuntamiento de Granada y la Junta han retardado el acuerdo final, aunque la situación no ha estado completamente parada. Se hicieron estudios sobre la conveniencia o no de soterrar el metro por el Camino de Ronda. Pese a que éstos se decantaban por el transporte en superficie, al final la Junta aceptó la condición del Ayuntamiento de que fuera soterrado por el Camino de Ronda. El gobierno municipal renunció entonces a la línea del Centro y ésta parte quedó descartada. El PP estudia ahora propuestas de Metro en superficie para esta zona.

El último conflicto ha sido la intermodalidad. Es decir, la conexión entre el Metro y el AVE, que no quedaba garantizada con el proyecto definitivo de la Junta. Esto hizo que el alcalde apelara al propio presidente andaluz, Manuel Chaves, para pedirle un nuevo cambio en los planos del Metro. Fruto de esa petición ha sido el acuerdo de ayer.

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