Granada

La Salud, 85 años con el enfermo

  • Los doctores Alejandro Otero y Víctor Escribano fundaron en 1923 el hospital privado granadino

El Hospital de la Salud cumple 85 años. Para conmemorarlo, la doctora en Historia del Arte Encarnación Cambil Hernández ha publicado el libro El sanatorio de Nuestra Señora de la Salud, en el que cuenta su historia desde su fundación a finales de 1923.

El hospital privado comenzó a funcionar en un tiempo en el que la atención sanitaria en Granada era muy deficiente. Los ricos iban a las consultas o los visitaban los médicos, los de clase media eran atendidos por médicos menos expertos y los pobres iban a los hospitales de beneficencia. A principios del siglo XX, existía en Granada el hospital de San Juan de Dios (era el principal), el Hospicio General (en el Hospital Real), el de San Lázaro, la Caridad, el Refugio y el Hospital Militar.

Ante la mala situación sanitaria los doctores Alejandro Otero (ginecólogo que llegó a ser rector de la Universidad en 1932) y Víctor Escribano (cirujano), decidieron, pese a sus diferencias ideológicas, fundar un hospital privado donde desarrollar sus especialidades y que los médicos pudieran trabajar con dignidad y medios.

Para eso compraron a medias la Villa Patrocinio, de la Casería de las Púas, al contratista Manuel López Sáez, ubicada en la carretera de Alcaudete a Granada y junto a la Estación Sur de ferrocarril. Una zona que entonces estaba en el extrarradio. La compraron por 225.715 pesetas.

Comenzó a funcionar a finales de 1923 y, como recoge el libro, revolucionó el panorama hospitalario y la práctica médica junto al sanatorio La Purísima que se abrió en 1922 en el barrio de La Magdalena.

Entonces tenía 20 camas y estaba atendido por las hermanas mercedarias.

Tras el incendio de 1926 y el escaso funcionamiento en la Guerra Civil, comenzó a despegar a partir de 1940. Tras la guerra, pasó a propiedad de Víctor Escribano y del Estado por el proceso político abierto contra Otero por su ideología. Finalmente, en los 50, Escribano se quedó con la propiedad completa, que pasó a sus hijos.

En 1972, por la falta de espacio, se construyó el pabellón Pfeifer, al que luego se unirían el de Casado en 1984 y el nuevo pabellón en 2007. Finalmente, en los 80 los hijos de Escribano lo vendieron a la Unión Médica Regional y en 1984 pasó a Adeslas.

Ahora tiene 71 camas, 6 quirófanos, UCI y paritorio y afronta una nueva etapa con el proyecto de instalarse en el Parque Tecnológico con un moderno hospital de 100 camas.

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