Granada

Sentencias con protección para el comerciante 'ilegal'

  • Recientes fallos judiciales amparan a los vendedores de discos piratas

Varias y recientes sentencias de juzgados de lo Penal han amparado a los vendedores de discos y películas falsificadas invocando en la mayoría de los casos el derecho a subsistir de los distribuidores callejeros de material manifiestamente ilegal. En otros casos, como en una resolución en Motril del pasado mes de marzo, el juez deja en el aire la intención de comerciar con discos piratas de un ciudadano senegalés que fue detenido por la Guardia Civil cuando llevaba 480 discos de música y 46 de películas en una mochila

El juez se refería en su sentencia a una anterior de un compañero de Granada, en el que indicaba que "no toda la conducta infractora de la ley de la Propiedad intelectual debe de tener la grave respuesta del derecho penal, por que de ser así carecería de sentido las medidas protectoras del orden civil". Consideraba que en el caso del senegalés de Motril se había acreditado que tenía 480 discos de música y 46 de películas, burdamente falsificados, pero salvo este aspecto el acusado no fue quien realizó las copias de contenido musical o de la imagen, desde el original hasta los soportes incautados.

Tampoco que el material estuviera en posesión del acusado con una clara finalidad de distribución de los mismos, ya que la Guardia Civil manifestó que "el acusado llevaba los discos en la mano y en la mochila" por lo que no se ha acreditado que hubiese vendido otro material similar. En cambio, el fallo sí considera que el material es claramente ilegal y producido por medios fraudulentos, por lo que ordena que se proceda a la destrucción de los mismos.

Un juzgado de Córdoba, en un resolución de este año, ha absuelto a un ciudadano chino acusado de vender copias ilegales de discos y películas piratas al entender que realizaba esta actividad para subsistir. El juez consideraba probado que el acusado, C.Q., se dedicaba a la venta callejera de este tipo de mercancía "con un margen mínimo de beneficio, para poder satisfacer sus necesidades más elementales".

Parecida jurisprudencia empleó un magistrado de Santander, que absolvió a un inmigrante senegalés, detenido por vender copias ilegales de discos de música y películas en DVD, porque considera que no tenía intención de lesionar los derechos de autor y que lo que hacía "era su modo de subsistir".

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