Universidad

"Sentimos por ella algo especial"

  • El Crucero del Hospital Real acoge el acto de entrega de medallas y menciones honoríficas a miembros de la comunidad universitaria

El acto contó con la presencia de miembros de la comunidad universitaria así como familiares de los homenajeados.

El acto contó con la presencia de miembros de la comunidad universitaria así como familiares de los homenajeados. / g. h..

Felisa Liñán apareció tras el atril menuda, emocionada y sincera. Ayer, en el imponente Crucero del Hospital Real, fue la encargada ayer de dar voz a sus compañeros del personal de administración y servicios que han pasado a una nueva etapa, la de la jubilación, en el acto de entrega de medallas y menciones honoríficas a miembros de la comunidad universitaria. "No soy persona de hablar en público", confesó al inicio de su intervención, una vez que se hubo hecho entrega de las distinciones a los jubilados y la familia de Isabel Alabarce, fallecida el pasado curso académico.

"Yo, como estoy segura que el resto" de sus compañeros "sentimos por ella algo especial, reconoció Liñán. La Universidad de Granada, en sus palabras "te marca como algo suyo". Frente a esos sentimientos de pertenencia se abre ahora una nueva etapa que, para esta antigua funcionaria, provoca sentimientos desde "alivio" hasta el "desasosiego" por el fin de un ciclo marcado por la vida propia - "ni siquiera nos regimos por años naturales"- de la Universidad, "esencia misma de la esta ciudad". Ahora, tras años de servicio, "toda una vida", su labor en la institución se revela como "más de un medio de vida", en la que, según Liñán, se ha podido ser partícipe y testigo e la "evolución de nuestro país".

Por parte del profesorado que se ha jubilado -entre los que estaban la anterior vicerrectora de Investigación, María Dolores Suárez-, se dirigió a los asistentes que abarrotaron el Crucero Margarita Orfila, que hizo gala de presumir de dos aspectos. El primero su "menorquinidad" y el segundo, "pertenecer a esta Universidad".

Orfila, que reconoció desde el atril que "nunca hubiera sospechado que viviría aquí", recordó su primer contacto con Granada, en el año 86, cuando participó en unas excavaciones en el Albaicín dirigidas por la profesora Mercedes Roca, ya fallecida. "Granada me impresionó". En esa ocasión tuvo la oportunidad de realizar una visita nocturna a la Alhambra con el también desaparecido profesor Emilio de Santiago. "Nunca he olvidado" aquella visita.

Orfila llegó "para quedarse" en 1991, un frío invierno que todavía recuerda. "He pasado aquí mis años de madurez", resumió la profesora, para volver a su isla una vez apartada de la docencia. En sus palabras, reconocimiento a la proyección internacional de la labor de la Universidad de Granada. "No se puede bajar el listón", espetó Orfila, que también destacó que las "satisfacciones superan con creces" los sinsabores de la labor docente e investigadora.

El acto contó con las intervenciones, además, de Juan Diego López Carrasco, por parte del PAS, y del profesor Jesús López Mejías tras la entrega de la medalla de plata con motivo de los 25 años de servicio a miembros de la comunidad universitaria.

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