Granada

Sólo cinco de los 23 heridos en marzo en el telesilla siguen convalecientes

  • El 80% tiene certificada su recuperación, que servirá para fijar las indemnizaciones

Un total de dieciocho de las 23 personas que resultaron heridas el pasado 2 de marzo en Sierra Nevada tras la caída de un telesilla en el remonte de Emille Allais, en la zona de principiantes de Borreguiles, han obtenido ya el certificado de sanidad.

Este documento es un certificado que avala su total recuperación de las heridas sufridas y que garantiza que ya pueden hacer una vida normal. Se realiza con las conclusiones de las pruebas realizadas semanalmente por forenses y especialistas en caso de accidentes que terminan en juicio y recoge el tiempo que comenzó la convalecencia, la recuperación, las operaciones, etc.

Un documento que tiene validez judicial y que sirve para determinar las indemnizaciones en caso procedente y en función de la gravedad, secuelas y recuperación.

Las 18 personas que ya han obtenido el certificado sufrieron traumatismos leves que ya han curado, de forma que sólo cinco de los afectados en el siniestro permanecen todavía convalecientes de sus heridas, al padecer lesiones más graves como fracturas de vértebras u otros huesos, según informó a Efe el abogado de varios de los afectados.

Después de que a finales de mayo el Juzgado de Instrucción 2 de Granada accediera a la solicitud de Cetursa, la empresa pública que gestiona la estación invernal, y autorizara la instalación del balancín del telesilla accidentado, el caso se encuentra a la espera del informe sobre el estudio de resistencias de los materiales.

Sin embargo, las fuentes han detallado que este estudio aún tardará en conocerse, por lo que los afectados podrían comenzar a negociar un acuerdo con la compañía de seguros antes.

Un total de 23 personas resultaron heridas en la estación de esquí, dos de ellas de gravedad, en este siniestro, que se produjo después de que el cable del telesilla Emille Allais se desprendiera tras la caída de los tornillos que fijaban el balancín con poleas por el que discurría.

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