La Justicia está para reformarla. Lo estaba en 2010, cuando Lorenzo del Río accedió a la presidencia del TSJA, y lo sigue estando ahora. La inacción política pesa en el sistema judicial español y andaluz, que sigue lastrado por las mismas deficiencias y necesitado de las mismas reformas que hace más de un lustro. El avance que ha experimentado en los últimos seis años, según refleja la memoria del TSJA de 2016, es "anecdótico". "Nos encontramos en un primer estadio de transformación tecnológica, seguimos con la misma estructura organizativa y funcional, la planta judicial permanece prácticamente invariable y en materia de oficina judicial tenemos dos proyectos piloto inacabados y el inicio de un tercero".

Los retos, según comentó Del Río, siguen siendo muchos y de enorme calado. El camino recorrido ha sido "decepcionantemente corto" a pesar de que los profesionales de Justicia recuerdan año tras año que el sistema es "insostenible y poco operativo".

El alto tribunal andaluz plantea la creación de 15 plazas en las audiencias y 52 en los juzgados

El presidente del TSJA reclamó abordar de una vez y por consenso la reorganización de la justicia, dotándola de más recursos, de un mapa judicial al servicio de una justicia eficaz y ágil y no de intereses localistas, mejorar y cambiar la instrucción penal y potencial medidas disuasorias del exceso de litigiosidad. Porque sí, aunque las cifras se hayan reducido sensiblemente, continúan constatando una enorme sobrecarga de trabajo. En 2016 los órganos judiciales andaluces, que siguen a la cabeza de la litigiosidad nacional, ingresaron 1.245.470 asuntos, un 31% menos que en el año anterior. Este descenso, que procede de la última reforma penal, no quita que los tribunales sigan congestionados, ya que el porcentaje de ingresos sigue siendo muy elevado para los actuales recursos y contexto organizativo, "deficitario y sumamente rígido".

La falta de recursos tiene un reflejo claro en la instrucción de macrocausas. El presidente del TSJA aseguró que la instrucción penal "no está preparada" para grandes y complejos casos como el Nazarí, que requiere muchas periciales e investigaciones judiciales. Por eso, Lorenzo del Río reclamó que haya profesionales a disposición permanente del Juzgado para "agilizar" los procesos y evitar que los jueces "mendiguen" por pruebas periciales. "Ahí se nos va mucho tiempo", apuntó Del Río, que recordó que lo importante "no es la instrucción, sino el enjuiciamiento".

El refuerzo de personal excede en cualquier caso el ámbito de las macrocausas. En su memoria de 2016, el TSJA reclama la necesidad de crear 15 plazas judiciales en los órganos colegiados (Audiencias Provinciales), así como 52 plazas para órganos unipersonales. Este sería un refuerzo "incompleto y de mínimos", que pretende ser realista con la actual situación económica, pero que no cubriría por completo "las necesidades y realidad estructural de los órganos judiciales andaluces".