Granada

Triunfos sin cafeína

  • Morante, Fandi y Manzanares salieron a hombros incluso con la mansada de Gavira.

GANADERÍA: Toros de Gavira, justos, blandos y mansos, aunque alguno se dejó. TOREROS: José Antonio Morante de la Puebla, de verde botella y oro. Pinchazo y estocada honda desprendida (silencio); y estocada (dos orejas tras aviso). David Fandila 'El Fandi', de grana y oro. Dos pinchazos y estocada honda (palmas tras aviso); y estocada desprendida (dos orejas tras aviso). José María Manzanares, de azul pavo y oro. Estocada (oreja); y estocada recibiendo (oreja). Incidencias: Más de tres cuartos de plaza en una tarde calurosa. Los tres actuantes salieron a hombros por la puerta grande. En cuadrillas, Juan José Trujillo y Luis Blázquez se desmonteraron en el tercero.

El pasado 28 de abril se premió a Vicioso, un toro de Gavira que el pasado año fue reconocido por el Colegio Oficial de Veterinarios de Granada como 'el mejor toro' de la Feria del Corpus 2010, y además lidiado por El Fandi. Los dos se presentaron ayer en el cartel, Gavira como ganadero y David como componente del cartel más fuerte del ciclo taurino para los aficionados en general y además el que más expectación había creado, con Morante y Manazanares de compañeros. Pero ya se sabe, cuando hay mucha expectación suele haber decepción, y así pasó. No podemos confundir las tres puertas grandes con la emoción en el ruedo, ni los triunfos con las faenas para el recuerdo, ni el toro bravo con lo que vimos ayer, nada más lejos de la realidad.

Gavira venía a Granada con ilusión y esperando que alguno de sus toros volviera a ser premiado por el Colegio de Veterinarios. Pero lo que pasó fue que la bravura se ha habían dejado en la dehesa, la fuerza en el campo y todo el picante que tiene que tener el toro probablemente en el camión. No pudo haber ni más sosería en el ruedo ni menos emoción en el tendido. Si no hay toro no hay transmisión, y sin pellizco y acometividad no hay faena, y por muy poquito se salvó la tarde de no haber nada.

Algún toro se dejó, claro, incluso Morante fue capaz de salvar al cuarto, pero es que además el público a ráfagas parecía divertirse, pero no cabe duda de que si no es por los diestros, muy curtidos en sacar faenas de donde no las hay, la tarde habría discurrido por unos derroteros de aburrimiento y poco más. Por cierto, creía que la música acompañaba los momentos importantes, pero se ve que cobran por horas, animar está bien, pero saber cuando está mejor.

En lo taurino no hubo grandes cosas, con esos toros es muy difícil, pero algo sí que vimos, sobre todo el ánimo y ganas de los toreros, que sabedores de lo que tenían delante, fueron capaces de no decaer en el ánimo y afrontar la responsabilidad de hacer lo que pudieran, que no era mucho. Quizá lo más sorprendente fue el talante de Morante en el cuarto, un manso muy protestado que el presidente, Francisco Serrano, mantuvo en la plaza. Si el sevillano lo despacha con ligereza, el público lo habría disculpado, y a otra cosa. Pero no fue así, y eso es de agradecer y mucho en este tipo de torero, que no duda en despachar lo que no sirve o gusta. Pero fue metiendo en faena al toro, y acabó sirviendo, incluso el matador llegó a gustarse en algunas fases y acabó ligando y entregado. Torería en algunos pases sueltos, aviso antes de terminar con una estocada fulminante y todo olvidado.

Otra cosa fue en el primero, donde toro y torero se aburrieron. Ni provocando pasaba el soso animal, incluso mató sin ninguna convicción.

Por su parte, El Fandi tampoco tuvo dos peritas en dulce, menos más que sus recursos inagotables y poderosas banderillas, incluida las terceras por los adentros en el quinto sin ventajas y asumiendo riesgos, salvaron a David de aquellos desrazados toros. Faena larga y casi inventada en el segundo, un toro sin fuerza y soso al que pasó por alto y exprimió en cercanía, pero fue imposible la emoción, y además pinchó.

Menos mal que en el quinto supo jugar los tiempos sobre todo por el pitón izquierdo, único algo potable, y logró ligar las tandas al manso animal, que terminó en tablas, pero lo había brindado a Yiyo y su tremendo repertorio en la cara del toro, molinetes y circulares incluidos, alargaron la faena escuchando incluso un aviso y convencieron al respetable.

Manzanares, que al igual que sus compañeros, excepción hecha de las verónicas suaves del Fandi y alguna suelta de Morante, no nos dejó disfrutar del capote, midió la sosería y blandura del tercero, pero la ligazón fue imposible, sólo algún detalle suelto de torería salvó del aburrimiento. Faena imposible y sosa al manso sexto, un blando que no tuvo un pase, y a pesar de que el alicantino lo intentó lo único destacable fue la estocada recibiendo.

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