La primera apertura del curso académico como rector de la Universidad de Granada (UGR) de Francisco González Lodeiro estuvo plagada de peticiones a su persona, de recuerdos de los retos electorales del recién llegado equipo de Gobierno y de reconocimiento a un sector esencial en esta institución académica, el Personal de Administración y Servicios (PAS), del que depende más que nunca para superar el gran reto que le exige Europa.

El punto de mira del rector para los próximos nueve meses en materia de infraestructuras está en dos campus: el de Fuentenueva, donde aspira a realizar una "profunda actuación", y el de Cartuja, que demanda una urgente mejora de sus accesos. Aunque no se olvidó de recordar el necesario impulso que precisa el Campus universitario del Parque Tecnológico de la Salud (PTS).

"La UGR necesita asegurar la financiación de las grandes actuaciones pendientes, sobre todo las relativas al PTS", dijo ayer González Lodeiro ante más de un millar de personas, muchos de ellos máximos representantes de las principales instituciones y organismos de Granada y de la región.

En el Campus de Fuentenueva la financiación está casi asegurada, pues el trazado del ferrocarril metropolitano "tendrá la lógica contraprestación con una mejora sustancial en las instalaciones existentes". Desde la tribuna, el rector se atrevió incluso a citar algunas de estas mejoras: "suprimir las barreras interiores que lo separan en reductos aislados, sustituir gran parte de su asfalto y hormigón por la vegetación, diseñar un aparcamiento racional y mejorar las instalaciones deportivas.

Las necesidades que existen de espacio demandan solución y el Rectorado quiere cumplir su promesa de mejorar las condiciones de habitabilidad y acceso al Campus de Cartuja. Para González Lodeiro "el problema de Cartuja es un problema de noche más que de día", sin embargo ha estudiado los índices de atracos y de robos y cree que "hay menos inseguridad de la que se dice".

Son "nuevos retos para el futuro de la Universidad en momentos de crisis económica, tal y como subrayó el rector. Una realidad que ha obligado a simplificar el acto protocolario que supone el inicio oficial del curso de esta institución académica.

González Lodeiro recordó ayer a la comunidad universitaria de esta ciudad que en 2008-2009 habrá que hacer un esfuerzo en el ahorro. "Gestionamos dinero público y en épocas difíciles como ésta todo se lleva con mayor rigor". En plena recesión, y con una previsión de que ésta se extienda, al menos, un par de años más, a las universidades les ha tocado la difícil tarea de adaptar unos planes de estudio que precisan un sobreesfuerzo de todos los agentes. La remodelación a la que se enfrenta la UGR deberá iniciarse acorde con las posibilidades reales, pero afectará a todos los ámbitos de la institución: mapa de titulaciones, infraestructuras, organigrama docente, implicación estudiantil, entre otros.

"Recortamos nuestros gastos -reconoce el rector-, pero no podemos pedir que esto se traslade a las retribuciones ordinarias del personal", dijo el rector para alivio de los presentes, muchos de ellos nuevos doctores que protagonizaron la tradicional procesión que llena de colorido el trayecto que separa a la Facultad de Derecho del Hospital Real, sede del Rectorado.

Unos juran y otros prometen según sus creencias, pero todos, birrete en mano, fueron desfilando hacia el rector para que éste les coronara: "doctores en pie y cubríos". La primera persona en hacerlo, la que goza del privilegio de prestar el juramento más completo, fue Marta Morillas, hija del ex rector Lorenzo Morillas.

Al profesorado recién incorporado les brindó una de sus propuestas, la de "fomentar acciones de formación" para ellos. Están sobradamente preparados y no deben quedar excluidos de la masa crítica de la UGR sólo por su juventud.

La intervención especial del acto recayó en el presidente de la Universidad de Abdelmalek Essaâdi de Tetuán, Mustapha Bennouna, que aprovechó el momento para pedir públicamente a la Universidad de Granada su colaboración para poner en marcha en la ciudad marroquí "un Campus de Ingeniería, mejorar la Facultad de Letras, incentivar la investigación científica y fomentar la presencia de los erasmus".

Marruecos lanzó en 2000 un plan de reforma educativo urgente para profesionalizar sus titulaciones que se ha marcado como reto para 2009 formar a 10.000 ingenieros, a 10.000 agentes sociales y a 3.300 médicos al año.

González Lodeiro respondió a su homólogo marroquí que las puertas de la UGR estarán abiertas. Y llegado el final, reflexionó: "es el momento de trabajar en casa, de elaborar los nuevos títulos de grado. Esta reforma nos brinda la oportunidad de reflexionar sobre lo que enseñamos, para mantener aquello que la experiencia ha demostrado que es valioso e introducir los cambios necesarios para mejorar y adaptarnos a las nuevas demandas. Queda inaugurado el curso académico 2008-2009".