educación

Vocaciones sin fronteras

  • Agustinos organiza unas jornadas de orientación en las que se ofrecerán claves para que ningún alumno tenga que renunciar a su objetivo profesional

Lucía Torres, a punto de cumplir los 18 años, esconde tras sus gafas de estudiante aplicada una enorme determinación. Su vocación es estudiar Traducción e Interpretación y, además, en Granada. Encara sus últimos meses en el segundo Bachillerato, que cursa en Santo Tomás de Villanueva, con la presión de conseguir una buena nota en la remozada Selectividad. Y si no es así, "estoy buscando otras salidas, como puede ser hacer Filología Hispánica", una titulación con una nota de corte más baja que Traducción y que le permitiría cumplir, en buena medida, sus expectativas académicas.

Bárbara Mora es la orientadora de Agustinos, centro educativo en el que mañana jueves se desarrollarán unas jornadas de orientación que tienen como finalidad ayudar a jóvenes como Lucía a conseguir dar solución a uno de los grandes problemas que se plantean los estudiantes de Secundaria y Bachillerato: cómo cumplir con el sueño de estudiar lo desean y encajar esa vocación con la nota de corte. Manuel Aranda, que también estudia segundo de Bachillerato en Agustinos, reconoce que tiene "marcado a fuego" la necesidad de obtener una buena nota en la prueba de acceso para garantizar entrar en la carrera elegida. En su caso, su vida gira en torno a los motores. "Me gustaría hacer ingeniería mecánica". Aranda, además, reconoce que es capaz de compaginar su interés por las tuercas, bielas y engranajes con una fuerte vocación por el voluntariado. "Es algo que me llena". De esta mezcla nace su sueño profesional. Lo que le gustaría es montar un taller mecánico en un país en vías de desarrollo, quizá en África. Bárbara Mora destaca de este estudiante sus innatas habilidades sociales, que superan, de largo, sus calificaciones académicas. "Es algo que no se aprende", destaca la orientadora, que también es capaz de ver esos otros talentos que atesoran los alumnos del centro y que pueden ser tan determinantes para ayudar a elegir un camino profesional como el expediente académico.

Porque no todo son libros a la hora de elegir el camino. Conscientes de ello, en el centro se apoya la realización de acciones de voluntariado y deportes. En el caso de Lucía Arcoya, estudiante de primero de Bachillerato y aspirante a entrar en Medicina -una decisión en la que se reconoce muy marcada por el ejemplo de su madre, profesional sanitaria "que disfruta lo que hace, no le supone ninguna carga ir a trabajar", en palabras de su hija- una de las posibilidades que se abre es la de optar a una beca deportiva y estudiar en el extranjero, una opción que la joven afirma que "no descarto. Se puede estudiar fuera y volver". El deporte es también el eje de la vida de Claudia Lorente, que sólo se ve estudiando una cosa, INEF. "En su caso, al estar en la élite deportiva -explica Mora- se le abre la posibilidad de una beca tanto en Estados Unidos como en Europa" para realizar sus estudios universitarios, una oportunidad que Lorente ve con buenos ojos y que colmaría su objetivo. "Quiero estudiar INEF porque quiero transmitir a los demás la felicidad que me da el deporte".

Vocaciones tan claras y nítidas como la que tiene Laura Abadía, que se decanta por la Enfermería o la Fisioterapia. En su caso, "no tenemos seguridad absoluta" de que pueda entrar por lo elevado de las notas de corte de esos grados, así que junto con su familia se opto porque estudiara el Bachillerato dual, que permite titular en EEUU y en España. "Si no entro en Granada, lo intentaría en otra universidad, y si no, me iría fuera", resume, resuelta a cumplir con su objetivo, su propósito profesional. En el caso de Melania Rollán, su expediente es pasaporte casi seguro para estudiar Medicina. "Pero también sabe que no puede confiarse...", adelanta la orientadora del centro, consciente de que son décimas las que pueden decidir. "El objetivo es no renunciar, ver la manera de conseguirlo", explica sobre la pertinencias de la jornada de mañana. "Si nos centramos en la nota, eso cierra puertas", como pueden ser universidades extranjeras, la consecución de becas -como las deportivas- o de otras titulaciones que pueden servir de puente entre la vocación inicial y el posterior desarrollo laboral de los que ahora son estudiantes de Bachillerato. Para esta orientadora está demostrado que "los mejores" no son siempre los que tienen mejores notas, my que "hacen falta otras habilidades que intentamos fomentar desde el centro" como parte del aprendizaje para el futuro. Su labor de orientación comienza con los alumnos de segundo de Secundaria. "Se busca compaginar las aptitudes con las actitudes y las preferencias", indica sobre su trabajo. La mayor dificultad es que en ocasiones, además de desconocer que existen otras opciones, "no se conocen a si mismos". La clave, según Bárbara Mora, es "nunca renunciar".

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