Granada

Las agencias de viajes, "al borde del abismo"

  • Los granadinos prefieren los destinos dentro del país y recortan el número de noches de estancia · La media de gastos totales en verano oscila entre los 900 y 1.500 euros

En los tiempos que corren los ciudadanos se lo piensan dos veces antes de acudir a una agencia de viajes. La crisis vuelve a ser protagonista de una complicada situación, esta vez, en el sector del turismo.

Los vecinos de Granada parecen haberse puesto de acuerdo a la hora de priorizar sus gastos y modificar sus hábitos de consumo. Los principales afectados son, como en la mayoría de los casos, las empresas dedicadas al ocio.

Antonio García González, secretario general de la Federación Provincial de Empresas de Hostelería y Turismo de Granada, asegura que el comienzo de la situación actual en este sector data del 2007, precedido por dos años a los cuales considera el punto álgido hasta la actualidad. Así, insiste en que este verano no está siendo el peor año de la historia en turismo algo que no quiere decir "que este año hayamos llegado a niveles considerados normales para el sector".

Aparentemente, los precios en los servicios de hostelería han disminuido hasta igualar o incluso superar a los que caracterizaban a estas empresas diez años atrás. "Las agencias de viajes están en una situación difícil, al igual que están todos los sectores, desmotivados fundamentalmente por la realidad en la que se encuentra el país" aclara García González, sin olvidar, además, la conclusión de que en un sector dedicado al servicio turístico existen "muchas interferencias y competencia desleal y alegal". "Todo el mundo desarrolla viajes, ofreciendo paquetes, e incluso las mismas instituciones están promocionando los monumentos, ofertando viajes y visitas combinadas, ignorando las normativas de la Junta de Andalucía a las agencia de viajes" critica el secretario de la Asociación.

Evidentemente, la situación en cuanto al punto de vista económico es complicada a pesar de que, en palabras de Antonio García, "el ciudadano español siempre se ha portado muy bien con la ciudad de Granada y ha sido un cliente muy bueno". Es por esto por lo que confirma que la situación que hay instalada en la provincia granadina es de "una incertidumbre tremenda" en lo referente al número de ventas en el mes de septiembre.

En su criterio, el amplio número de clientes ha desaparecido debido a que las rentas "no permiten hacer viajes ni gastar en ocio", por lo que hasta el día de hoy todavía no hay casi nada cerrado, "la gente no se decide".

Ante tal realidad, el también secretario general de la Federación Andaluza de Hostelería, ratifica que el problema es "demasiado profundo" y mucho más serio por lo que no se sufraga con la opción de poder ponerse a buscar soluciones al respecto.

"El empresario en Granada, como es normal y desde hace mucho tiempo, está haciendo su tarea, comercializa, promociona y hace esfuerzos titánicos por conservas las empresas", aun así, García insiste en que el sector de las agencias "está al borde del abismo".

Antonio García visualiza, con la mirada puesta en los siguientes años, una situación que, "sin ser pesimistas", estará supeditada a las medidas políticas del Gobierno central. De esta forma, la situación del aumento del IVA del 8% al 21% que entra hoy en vigor "va a suponer un efecto muy pernicioso para este sector".

Exige, además, un cambio en la política económica global del país puesto que, si no se da el caso, "no se generará confianza suficiente para que los bancos nacionales puedan prestar dineros a empresas y particulares". El motivo de estas declaraciones se deben a que, a su juicio, la inexistencia de dinero y las bajas rentas "conllevan a la nulidad de consumo" y la priorización de aspectos de primera necesidad frente a otros como los del sector relacionado con el ocio.

En esta línea, Manuel Jiménez, uno de los tres agentes encargados de la agencia de viajes y congresos Arrayanes, confirma estos datos y añade que la actividad de este año "se nota bastante inferior a la del pasado año".

En cuanto al perfil del consumidor, comenta que "hay de todo tipo, gente que es previsora y prefiere comprar su viaje un mes antes o en primavera de cara a verano y otros que deciden esperar". Esta última es una de las tendencias de la sociedad actual debido a la desconfianza y a la situación laboral de toda la península. "Los ciudadanos suelen esperar a la mejor oferta posible aunque la diferencia sea mínima entre unas y otras, cualquier descuento les sirve", manifiesta Jiménez, consciente de la perseverancia de algunos clientes para encontrar ofertas de última hora o algún producto estrella como pueden ser las plazas de aviones vacíos.

De este modo, testifica que el nivel socioeconómico de su clientela es medio y la media en gastos suele oscilar entre 900 o 1.200 euros. "Estás cifras pueden parecer altas pero el problema no radica en cuánto gasta cada cliente sino en el número de ellos que acude a la agencia", atestigua Manuel. Un número que se ha visto reducido en gran medida y que parece no querer dejar de disminuir en los próximos años.

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