Granada

El botellódromo estará vallado por las noches para evitar molestias

  • El Ayuntamiento acuerda cerrar la instalación antes de construir un proyecto deportivo y de ocio

La falta de presupuesto prolonga la remodelación del recinto.

La falta de presupuesto prolonga la remodelación del recinto. / g. h.

El antiguo botellódromo será vallado de forma permanente hasta que empiece su remodelación. El Ayuntamiento de Granada ha decidido delimitar este espacio con una cerca permanente para permitir su apertura solo durante el día. De esta forma se evitará que los jóvenes tengan la tentación de sentarse a tomarse unas copas en este polémico donde está prohibido beber alcohol desde el uno de septiembre de 2016.

Esta es la primera medida que contempla el Ayuntamiento en este espacio donde también está previsto la adecuación de las instalaciones para el disfrute de los vecinos. En concreto, según explicó ayer el concejal de Juventud, Eduardo Castillo, la idea es conjugar servicios para jóvenes pero también para los vecinos de este barrio que, durante diez años, han sufrido las molestias y los ruidos del botellón a las puertas de su casa. Así, se van a colocar un conjunto de máquinas biosaludables y un parque infantil para el disfrute de las familias. Y, por otro lado, está previsto que se habilite un nuevo skate park, pantallas para proyecciones y habilitar el escenario existente para la celebración de conciertos. Debajo se van a habilitar las salas existentes como locales de ensayo.

"Vamos a recuperar ese espacio público infame con una filosofía detrás para que los jóvenes no dejen de usarlo pero con un ocio mucho mas saludable con actividades deportivas y culturales", remarcó Castillo, que no dio plazos para la puesta en marcha de este proyecto. Por el momento tan sólo se están pidiendo presupuestos y se va a colocar la valla dada la delicada situación económica que tienen las arcas municipales.

En la misma rueda de prensa, Castillo estuvo acompañado por la concejal de Protección Ciudadana, Raquel Ruz. Juntos insistieron en que Granada ha dejado de ser la ciudad del botellón gracias a la apuesta decidida del Ayuntamiento para ofrecer un ocio más cultural y saludable. En este sentido Castillo recordó que la capital ha recuperado el Consejo Municipal de Juventud tras 25 años de inactividad como órgano de interlocución con los jóvenes.

Por su parte, Raquel Ruz detalló que el número de sanciones por beber en la vía pública se ha mantenido. En 2015, cuando el botellódromo estaba todavía abierto se impusieron 1.335 mientras que, en lo que va de 2017 ascienden a 1.100. "Vamos a terminar el año con las mismas cifras lo que quiere decir que el fenómeno de los microbotellones no se ha incrementado, siempre ha existido", añadió la edil.

Ruz, que reconoció que ha aumentado el número de llamadas por fiestas en pisos, consideró que se debe a una mayor concienciación de la ciudadanía y sensibilidad ante el ruido y no porque hayan aumentado. En Halloween por ejemplo la Policía Local tuvo que personarse en 37 viviendas para acabar con las fiestas.

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