Granada celebrará el día internacional de la concienciación contra el ruido con los deberes hechos. La capital anunció ayer que la actualización del mapa de ruidos será sometida a aprobación definitiva de la junta de gobierno local mañana. El documento, presentado en septiembre de 2016, por el concejal de Urbanismo y Medio Ambiente, Miguel Ángel Fernández Madrid y el profesor de la UGR, Jerónimo Vida, ha contado con el visto bueno de la Junta de Andalucía y, además, ha pasado esta "prueba" con cero alegaciones. Por delante queda, sin duda, mucho trabajo. Una vez realizado el diagnóstico la capital tendrá que redactar un nuevo plan de medidas para bajar los decibelios lo que implica, inequívocamente, reducir el tráfico: el principal responsable de que en determinadas zonas o franjas horarias no se cumpla con el umbral de decibelios máximo. Este plan tendrá que estar listo, como muy tarde, en septiembre de 2018.

Fernández Madrid celebró que la aprobación del citado mapa elaborado por el Ayuntamiento en colaboración con el profesor Jerónimo Vida, se lleve a cabo precisamente en la jornada internacional de concienciación sobre el ruido. "Un día que pretende promover el cuidado del medio ambiente y la sensibilización sobre las molestias y daños que el ruido genera", indicó.

En este sentido, Granada ya ha logrado reducir los decibelios en cuanto a 2008, cuando se redactó el primer Mapa de Ruidos. Teniendo en cuenta los niveles de mañana, tarde y noche, las escuetas zonas de uso industrial de La Chana cumplen en un 93% con la normativa. Otro de los usos del suelo que sale mejor parado es el turístico. Los suelos con este uso repartidos entre los distritos Albaicín, Beiro, Centro y Genil cumplen por la mañana con un 98% de los valores establecidos, el porcentaje sube al 99,7% por la tarde y el 98,8 por la noche. Respecto al uso residencia, el 76% del territorio cumple con los objetivos.

Entre las medidas que han mejorado los niveles de ruido, destaca la construcción de rotondas en lugar de cruces, la implantación de pavimentos fonoabsorbentes, la limitación de la velocidad con la implantación de la zona 30, la educación contra el ruido e, incluso, la implantación de la LAC a su paso por Gran Vía que desterró a decenas de líneas por este eje fundamental.

La Unión Europea ha lanzado un decálogo, precisamente, para reducir al máximo los decibelios. Entre ellas destaca la utilización de coches eléctricos, el cambio de los estilos de conducción promoviendo para reducir también la polución, la construcción de barreras de sonido, o la sustitución del pavimento para que sea absorbente. Algo que también se puede llevar a cabo en la construcción de nuevos edificios.

Según un estudio promovido por GAES, uno de cada cuatro andaluces trabaja en un entorno ruidoso lo que perjudica la concentración. Según este informe cerca de 9 millones de personas en España conviven a diario con niveles de ruido superiores a los 65 decibelios, el máximo recomendado por la OMS. Según los expertos, la concienciación es clave y empieza por tomar medidas uno mismo como moderar el tono de voz o utilizar un volumen adecuado al escuchar música, la tele o la radio.