Granada

El 'caso Romanones' salpica ya a diez curas y dos seglares

  • El juez Antonio Moreno levanta el secreto de sumario y da un plazo de diez días a las partes para que aleguen sobre la posible prescripción de algunos de los delitos.

La causa penal que instruye el magistrado Antonio Moreno, titular del Juzgado de Instrucción 4 de Granada, contra varios sacerdotes de la diócesis granadina por presuntos abusos sexuales a dos jóvenes siendo menores de edad cuenta ya con un total de doce imputados, diez de los cuales son sacerdotes y los dos restantes seglares.

Este lunes, transcurridos casi tres meses desde que se iniciara esta investigación penal -las diligencias previas se incoaron el pasado 3 de noviembre a raíz de una denuncia de la Fiscalía Provincial de Granada-, el juez instructor decidió levantar el secreto de sumario. La medida, que se adoptó desde el inicio del expediente para evitar la contaminación de las pruebas y garantizar el éxito de la investigación, ha evitado, de hecho, que trasciendan el resto de las imputaciones hasta ahora.

El auto, al que ha tenido acceso este diario, destaca que los hechos objeto de investigación "tienen una gran trascendencia y gravedad en sí mismos", por aparecer además como implicados representantes de confesión religiosa que, "lejos de ser los garantes de los principios religiosos proclamados por dicha confesión y su más alto signatario, indiciariamente se podrían haber convertido en sus transgresores". Ello, junto a la necesidad de descubrir si se trataba de una trama y de si existían otras posibles víctimas en el pasado o en el presente de las prácticas sexuales denunciadas, fue lo que llevó al magistrado a blindar el caso, para procurar una investigación "silente, cauta y reservada",

Tras el levantamiento del secreto, que el instructor ha acordado antes de agotar la segunda prórroga de un mes, las partes personadas en el proceso podrán tener acceso ahora a todas las actuaciones, que han sido digitalizadas ocupan ya ni más ni menos que 1.600 folios. Entre las partes personadas se encuentra la Asociación Pro Derechos del Niño (Prodeni), que ejerce la acusación popular, y el primer denunciante, bautizado por los medios con el nombre ficticio de 'Daniel' y que ejerce la acusación particular como perjudicado. La segunda supuesta víctima, otro joven que también fue monaguillo en la parroquia del principal imputado, sita en el barrio granadino del Zaidín, no se ha personado formalmente aún como perjudicado.

El principal imputado en el caso, tal y como se desprende del auto del juez, es el padre Román, párroco de la referida iglesia. Él, los religiosos Manuel M. y Francisco C., y el profesor de Religión Sergio Q., son los únicos imputados que han pasado de hecho por los calabozos de la Jefatura Superior de Policía de Andalucía Oriental. Estuvieron detenidos dos días a finales de noviembre, y mientras permanecieron en dependencias policiales no pudieron hablar entre ellos. Una vez interrogados como imputados quedaron todos en libertad, si bien para el padre Román -por cuyo nombre se ha bautizado como el 'clan romanones' el grupo de religiosos implicados-, el juez decretó prisión provisional eludible bajo fianza de 10.000 euros , cantidad que el párroco abonó para no tener que esperar un eventual juicio entre rejas.

Los otros siete sacerdotes y el segundo seglar salpicados por este escándalo son M.F.F.R., M.J.J., M.Q.M., J.C.M.M., A.M.M., J.J.N.G., J.G.F.F. y V.R.R., y , según las fuentes consultadas, en sus declaraciones judiciales negaron los hechos que se les atribuyen, al igual que los principales imputados, que proclaman su inocencia.

Además de los testimonios de los dos denunciantes, el juez incluye en su auto las declaraciones de dos testigos (dos varones que tuvieron también relación con el padre Román en las fechas de los hechos denunciados) por entender que contienen datos cuyo alcance penal habría que valorar, y que describen, en síntesis, un intento de tocamiento y una propuesta de masaje que no fue aceptada.

Frente a esos relatos, algunos de los pasajes que 'Daniel' asegura haber protagonizado son especialmente graves, pues apunta a un presunto acceso carnal que podría ser calificado en un futuro como agresión sexual, un delito que, según las fuentes jurídicas consultadas, no habría prescrito. Se trataría de un ilícito penal muy serio y con penas que podían superar los 9 años de prisión, lo que obligaría, en opinión de estas fuentes, a dictar auto de procesamiento. En cambio, la sombra de la prescripción planea claramente sobre el resto de posibles ilícitos penales contemplados inicialmente por el magistrado que, por conllevar penas menores de un lustro, habrían prescrito a los cinco años de cumplir la víctima la mayoría de edad. Daniel tiene ahora 25 años, cumplió los 18 en 2008 y los supuestos abusos los sitúa entre los 14 y los 17 años (entre 2004 y 2007). Ante ello, el juez ha dado un plazo de diez días a las partes para que se pronuncien sobre la prescripción que pueda operar respecto de algunos de los hechos y personas denunciadas, "habida cuenta del tiempo transcurrido hasta que se interpone denuncia".

El juez observa en los actos denunciados diferentes delitos contra la libertad e indemnidad sexuales en sus formas de agresiones sexuales, abusos sexuales y exhibicionismo, "con aplicación de agravantes por prevalimiento y demás agravaciones previstas en dichos preceptos u otras de carácter general". El posible exhibicionismo se desprende de las películas pornográficas que, según 'Daniel', le invitaron algunos de los imputados a ver siendo menor. Los abusos sexuales estarían principalmente en los supuestos tocamientos realizados en forma de "masajes" relajantes protagonizados por 'Daniel' y el segundo denunciante. Las posibles agresiones sexuales las constituirían las supuestas felaciones y otros actos libidinosos descritos por 'Daniel'. El joven habló de distintas masturbaciones. Incluso apuntó "dos" intentos de penetración anal por parte del padre Román, a quien también acusó de haberle introducido un dedo. El joven también reveló otras supuestas masturbaciones con los otros dos religiosos, quienes, según su testimonio, presuntamente "practicaron en varias ocasiones sexo anal y felaciones" con el padre Román y entre sí delante de él. Ellos serían, supuestamente, quienes "le ponían películas pornográficas a visionar con ellos, diciéndole que era para que se fijara que era algo normal". Sobre el profesor de Religión, el auto indica que "no obligó" a 'Daniel' a que le masturbara, "pero sí le masturba a él".

El grado de participación del resto de implicados en estos supuestos hechos habrá de determinarse durante la instrucción, pues, como señala el juez, debe -además de determinarse qué está prescrito y qué no- acotarse en cada caso "el grado de autoría, participación necesaria, cooperación o encubrimiento". El primer denunciante llegó a decir que el padre Román, en presencia del resto de curas encausados y los dos laicos, en el salón de tertulias de la casa de Los Pinillos, "le dejaba en evidencia por no haberse 'corrido', cuando practicaban estas masturbaciones". Este grupo de sacerdotes -según desvela el auto- apoyaban al padre Román ante 'Daniel', "provocando a este un gran estado de ansiedad, llegando a sufrir amenazas verbales, en el sentido de que si no vivía la sexualidad con claridad de miras, tendría que dejar el grupo". También recuerda el juez que, según 'Daniel' y al menos otro testigo, todos los miembros del grupo "se exhibían desnudos en la piscina" de Los Pinillos.

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