De siete en siete meses. Esta es la norma no escrita que está imponiendo el Ministerio de Fomento para convocar la comisión de seguimiento de las obras del AVE. Tras las última reuniones celebradas el 14 de marzo y el 18 de octubre, la nueva cita será el próximo 23 de mayo en la sede de la Subdelegación del Gobierno con la presencia del secretario general de Infraestructuras, Manuel Niño, que informó ayer al alcalde, Francisco Cuenca, de la fecha de la nueva convocatoria.

Según explica de Fomento, la celebración forma parte del compromiso adquirido por el ministro Íñigo de la Serna para hacer, en el marco de esta comisión, un seguimiento pormenorizado de las actuaciones de la primera fase de la llegada de la alta velocidad e impulsar las actuaciones de la segunda fase y el soterramiento de las vías en la capital.

Como en anteriores ocasiones, la comisión contará con la asistencia del alcalde de Granada y del delegado del Gobierno en Andalucía, Antonio Sanz, estando prevista la convocatoria de los principales representantes de otras instituciones y asociaciones, tanto de ámbito autonómico como local.

En la reunión del 14 de marzo de 2017 el Ministerio de Fomento presentó un plan de soterramiento estimado en unos 100 millones de euros que fue rechazado por el Ayuntamiento y por la plataforma Marea Amarilla porque no acababa de resolver la histórica separación entre los barrios de la Chana y la Rosaleda y mantenía el llamado 'muro de la vergüenza' de la calle Jesse Owens.

En la reunión del pasado mes de octubre, Manuel Niño se comprometió a licitar un estudio para la integración del AVE, promesa que finalmente se cumplió a principios de 2018 y que tiene un plazo de ejecución de dos años, por lo que no estaría listo hasta 2020. Con un presupuesto de licitación de 800.000 euros, el estudio considerará y actualizará todos los llevados a cabo hasta el momento para "concretar la mejor solución para esa actuación". También se plantearán las posibles actuaciones de integración del ferrocarril en su acceso a la estación, así como las opciones para la circulación de mercancías del Corredor Mediterráneo sin interferir con la funcionalidad ferroviaria y el desarrollo urbano.