Granada

"Hay que coordinar todas las energías para sacar al monumento de la guerra"

  • Valora el consenso alcanzado por las instituciones para su nombramiento y asegura que llega feliz y con muchas ganas de trabajar para que el monumento construya en positivo

La consejera de Cultura ya auguró ayer que Reynaldo Fernández va a escribir "la mejor partitura" para la Alhambra. Lo hizo como un guiño a su función como director del Centro de Documentación Musical de Andalucía. Pero Reynaldo es mucho más. No en vano, su currículo y su formación académica y reconocimiento internacional han sido claves para buscar una persona que dé el perfil no sólo político sino también técnico.

El elegido se mostró ayer abrumado y muy feliz por la noticia y sobre todo agradeció el consenso que ha habido entre todas las instituciones para su nombramiento. Un buen comienzo. En unas primeras declaraciones a este periódico, dijo haber recibido la noticia como "un honor" y dijo las claves de su talante: diálogo y consenso. "Tengo mucha ilusión y muchas ganas de trabajar" sobre todo basándose en el "diálogo con todos". Con Ayuntamiento, Universidad, Diputación, ciudadanos... con todos. Porque, según dijo, todo el mundo cuenta y es una tarea colectiva el dar un impulso al monumento, por lo que su trabajo va a ser de "coordinar esas energías para sacar a la Alhambra de la guerra, para ponerla en positivo". "Hay que abrir una etapa de diálogo, de consenso, para evitar polémicas y que la Alhambra construya en positivo", dijo.

Fernández promete ya en su carta de intenciones "escuchar y dialogar" con todos para llegar a consensos. También la transparencia es un punto que va a defender con rotundidad, también en los episodios que han tocado en los últimos meses el nombre de la Alhambra y que acabaron con la dimisión de su predecesora, Mar Villafranca, por la investigación judicial de las audioguías del monumento. "Transparencia y colaboración con la Justicia para que se aclare todo", incidió Fernández.

Su elección ha sido por su perfil y por ser un trabajador "de la casa" que cumplía con los requisitos puestos para dirigir el monumento más visitado de España. Porque Reynaldo Fernández es mucho más que música, aunque esta, a través del Centro de Documentación Musical de Andalucía ocupa su vida profesional desde hace 30 años. Así, es doctor por la Universidad de Granada, licenciado en Historia Medieval e hizo estudios durante cuatro años de lengua árabe en el Instituto de Idiomas de la UGR, por lo que su trayectoria académica avala su nuevo puesto de gestor en la Alhambra.

Además, ha sido concejal de Patrimonio y Juventud del Ayuntamiento de Granada desde el año 2000 a 2003, siendo alcalde José Moratalla, y antes había sido director general de Instituciones del Patrimonio de la Junta (1996 a 2000). Director del Centro Andaluz de Arte Contemporáneo, presidente de la Asociación Española de Documentación Musical, secretario de la Fundación Barenboim-Said o vicepresidente del Centro de estudios bizantinos, postbizantinos, neogriegos y chipriotas, son algunos puestos que ha desempeñado o todavía ostenta entre más de una veintena de colaboraciones en consejos nacionales, asociaciones, comisiones y fundaciones.

Su actividad en el mundo de la música es la más conocida pues es organista desde los 11 años y posee estudios de violín, piano, armonía, historia de la música, coral y acústica por el Conservatorio Victoria Eugenia de Granada, tras lo que amplió su formación en París. Por su divulgación de la música ha recibido varios premios.

En el partido, el PSOE, ha estado implicado y comprometido en la elaboración de los programas de cultura. Porque aunque entró en sus primeros cargos como independiente, se afilió al partido cuando entró en el Ayuntamiento de Granada.

Ahora, este granadino pasa a la primera fila política como director de la Alhambra. Aunque parece que la intención es sacar definitivamente al monumento de las guerras políticas y los enfrentamientos que perjudican su nombre y dejar esta cuestión a quien ostente la delegación de Cultura, un perfil mucho más político. Es decir, que la Alhambra no entre en cuestiones políticas, en campañas y en el desprestigio sino que trabaje por su gestión y mejorar su posición y que sea en otros ámbitos desde donde se atienda esas otras cuestiones.

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