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La crudeza de las fronteras

  • Marina Carbonell, responsable jurídica del área de protección internacional de Granada Acoge analiza en este artículo la realidad de la inmigración y los flujos de personas que entran en la UE

La búsqueda y salvamento es llevada a cabo por Salvamento Marítimo, dependiente del Ministerio de Fomento.

La búsqueda y salvamento es llevada a cabo por Salvamento Marítimo, dependiente del Ministerio de Fomento. / granada acoge

Una vez cumplido el plazo de acogida de los refugiados para Europa, que España ha incumplido con creces (sólo ha recibido al 11,4% de las personas que se comprometió), la llegada de pateras sigue siendo noticia. Sin embargo, hay que señalar que en España, este tipo de llegadas no son la principal fuente de migrantes en situación administrativa irregular. La mayoría de las personas que se encuentra en esta situación entró en territorio nacional por avión, con sus documentos en regla y después perdió la documentación por permanecer en el país tras haber superado el plazo de estancia marcado por su visado.

No obstante, para aquellas personas que provienen de países que necesitan visado para entrar en España, las formas legales de acceder a nuestro país se restringen extremadamente. Las políticas migratorias no ofrecen alternativas y empujan a muchos inmigrantes a depender de mafias y traficantes de personas. En efecto, la consecución de visados para viajar es prácticamente imposible y no se establecen rutas seguras para alcanzar nuestras fronteras. Para acceder a suelo europeo, muchas de las personas migrantes tienen que atravesar numerosas fronteras, afrontando los peligros que conlleva hacerlo de forma clandestina, puesto que sufren las consecuencias de la precariedad económica y suelen ser víctimas de la violencia policial, el rechazo social o los abusos por parte de quienes se aprovechan de su indefensión jurídica. La violación de derechos humanos es prácticamente sistemática en muchos de esos puestos fronterizos, tal y como denuncia Amnistía Internacional e informes de la ONU.

La mayoría de personas en situación irregular entró en avión con sus documentos

Frente a la construcción de vallas y el fortalecimiento de los controles en frontera, el flujo real de personas refugiadas y migrantes que entran en la UE no se ha reducido, sino que ha aumentado. Lo que varía, por el contrario, son sus rutas de acceso. Al no abordar las causas de las migraciones y centrarse en la construcción de una Europa Fortaleza y en las medidas para evitar que los migrantes entren en su territorio, los países europeos no hacen otra cosa que empujar a estas personas de unas rutas a otras cada vez más peligrosas. Los procesos migratorios suponen en muchas ocasiones años de travesía y cruce de fronteras, sufriendo a lo largo del viaje numerosas violaciones de los derechos humanos (uso de la fuerza, malos tratos, negación de acceso a los procedimientos de asilo…)

Por ello, no debemos dejar de reivindicar que la gestión de los flujos migratorios debe ser abordada en su conjunto, prestando especial atención a las causas y garantizando el derecho a migrar (o no migrar) de las personas, así como el respeto a sus derechos fundamentales. También debemos exigir un fortalecimiento del sistema de acogida que no puede recaer únicamente en manos de asociaciones o ONG. Las medidas de control de fronteras deben aplicarse siempre respetando el sistema internacional de derechos humanos y de protección de los refugiados. Y este sistema no admite las devoluciones 'en caliente', que suponen la devolución de personas al país de donde están intentando huir sin darles oportunidad de defensa, ni la falta de garantías legales en las llegadas colectivas a nuestro país, tales como la atención jurídica individualizada o la protección de menores y víctimas de trata.

En España, al contrario de lo que sucede en otros países europeos donde salvar vidas humanas en el mar se ha convertido en un delito, la búsqueda y el salvamento es llevado a cabo con mucho esfuerzo por el equipo de coordinación de Salvamento Marítimo dependiente del Ministerio de Fomento. Una de las principales funciones que tienen es salvaguardar la vida humana en el mar. No obstante, en 2016, según la Organización Internacional de Migraciones más de 5.000 personas fallecieron en el Mediterráneo y al menos 295 en el Estrecho (entre fallecidos y desaparecidos). Si los migrantes no tienen otra alternativa que el mar para buscar un futuro digno, es de esperar que, por muy grandes que sean los esfuerzos de búsqueda y salvamento en el Mediterráneo, seguirán pereciendo frente a nuestras costas.

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