Los uniformes ya no son sólo el símbolo identificativo de los colegios privados, cada vez son más los centros públicos de la capital que se han decantado por la homogeneización de la vestimenta de los alumnos. Con el comienzo del curso los consejos escolares se reúnen para hacer las primeras reuniones y realizar el debate más demandado por los padres: "uniformes sí o uniformes no".

A pesar de que el reglamento se ha aprobado este año en Andalucía -se regula en el Decreto 328/2010 del 13 de julio del BOJA- éste no será el primer curso que los alumnos de centros públicos luzcan los uniformes. En años anteriores los escolares del Vicente Aleixandre (en el Zaidín), o el Luis Rosales ya solicitaron a la tienda de uniformes escolares Emilio Carreño algunas de estas prendas.

El novedoso decreto, además de regular la vestimenta, obliga a los uniformes de los colegios públicos a llevar el logotipo de la Junta de Andalucía unido al del centro, modificación que fue criticada desde la oposición. Pero, a pesar de lo estipulado en la norma, casi ningún colegio público de la ciudad ha incluido finalmente el logo. En algunos casos porque los uniformes llevan varios años diseñados y no se han aplicado las modificaciones estipuladas en la norma.

Para tomar esta decisión se debe reunir el consejo escolar de cada centro, compuesto por padres, docentes y otros trabajadores del colegio y someter a votación la cuestión. Pero la aceptación del uniforme no obliga a los pequeños a llevar esta prenda, ya que en los colegios públicos la vestimenta seguirá siendo libre.

Las circunstancias suelen ser las mismas en todos los centros, la AMPA, estimulada por los padres, propone realizar una reunión del consejo para implantar la utilización del uniforme, y se realiza una votación aportando las ideas a favor y en contra, según indica el presidente de la Federación de Padres de Alumnos de Granada (FAPA), José Antonio Puerta, "las asociaciones de padres y madres deben valorar la necesidad o no del uniforme escolar". Aunque Puerta alerta de que se han conocido casos de empresas que se han puesto en contacto con la AMPA para ofrecerles ofertas sobre los precios de los uniformes.

La petición se suele realizar a través de la asociación de madres y padres de alumnos. El principal motivo por el que los padres piden la implantación del uniforme es "el ahorro para las familias y la facilidad a la hora de vestirse", según indica el informe elaborado por el colegio Fuentenueva de la capital, en el que este curso se ha adoptado el uniforme por primera vez.

Otro de los motivos para implantar la vestimenta, como ya indicó Griñán cuando se aprobó el reglamento, es "impedir que los niños compitan por las marcas o la ropa". Con los uniformes habría una mayor igualdad entre los estudiantes, quedando de este modo la ropa de marca fuera del centro y este es otro de los enunciados que realizan los padres para defender esta vestimenta. El presidente de FAPA considera que los uniformes "pueden ayudar a los padres a tener un material de ropa para todo el curso". A lo que añade que el principal beneficio es "el ahorro que supone para los padres y la eliminación de marcas entre los alumnos".

Frente a los defensores están los detractores, que consideran que la implantación del uniforme acaba con la diversidad y la pluralidad de los alumnos. También hay padres que piensan que es muy alto el precio de los uniformes, que se une a la compra de los libros y material escolar. El precio de la vestimenta ronda los 100 euros, algunos padres prefieren esta "inversión" al iniciar el curso mientras que otros consideran el uniforme como un gasto innecesario.

En la capital cada vez son más los colegios que se apuntan a llevar esta vestimenta, pero sigue siendo un número inferior al de los centros públicos que aún no se han cuestionado el debate. Además del Fuentenueva, el Jardín de la Reina, el Tierno Galván, el García Lorca y el Virgen de las Nieves son algunos de los centros que ya llevan el uniforme, aunque no para todos este será el primer año que lo lleven.

Frente a los centros de Primaria, Infantil y Educación Especial los uniformes no han calado entre los adolescentes de los institutos públicos, donde la implantación de la vestimenta es prácticamente inexistente.