Granada

La familia pasa de llevarse un chasco a tocar la felicidad

  • Los allegados quedan al principio insatisfechos con los dos indultos de los dos gobiernos

La familia de Miguel Montes Neiro, considerado como el preso común más antiguo de España, no paró ayer de recibir las enhorabuenas por el nuevo idulto que aprobó ayer el Consejo de Ministros. En un principio, las hermanas se creían que se referían a la medida de gracia que se publicó en el Boletín Oficial del Estado (BOE) y que databan del pasado 16 de diciembre, pero luego se enteraron de que Miguel ya está más cerca de pisar la calle.

Cuando vieron por la mañana las disposiciones del BOE se llevaron un chasco, ya que uno de los indultos se refería a una falta y el otro a una pena que dice que ya cumplió en el año 2010. "Han sido dos indultos muy desperdiciados", explicó ayer Mari Carmen, que confiesa que la sensación que tuvieron fue la de sentirse engañadas.

Sus ánimos cambiaron cuando se enteraron de que la propia vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santa María, anunciaba en los medios de comunicación que se le perdonaba una pena de trece años que tenía pendiente por robo con violencia e intimidación y detención ilegal que cometió en una de sus fugas.

El abogado Félix Ángel Martín visitó a Miguel Montes Neiro ayer por la mañana en la cárcel de Albolote, pero no le pudo transmitir la última buena nueva debido a que aún se desconocía lo que se acababa de decidir en el Consejo de Ministros. Fue para informarle de la publicación de las dos disposiciones. El letrado declaró a la agencia Efe que estaba "hundido" porque cada vez veía más alejada la posibilidad de salir de la cárcel.

La familia no ocultaba ayer su satisfacción y ayer por la tarde estaban pendientes de poder hablar con su hermano. Querían felicitarse y compartir un momento que llevan tiempo esperando. Suponían que ya le habían comunicado el nuevo perdón y también deducían que de esta manera iba a poner el punto y final a la huelga de hambre que emprendió hace unas semanas.

Ahora lo que esperan es que la Audiencia Provincial de Granada se mueva rápido. Esta instancia es la que deberá hacer la liquidación de condena del reo y decidir sobre su excarcelación. En el fondo, los allegados son conscientes de que aún les queda un poquito todavía y aunque lo ven más cerca aseguran que hasta que no lo vean fuera no se lo van a creer.

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