Granada

De gestor modélico y discreto a proscrito

  • Experto en conseguir ayudas europeas, entró en la Fundación en el 2003

La última fotografía de Juan Tomás Martín como discreto secretario de la Fundación Lorca data de 2013 en la Delegación de la Junta, cuando se firmó un protocolo para pagar el sobrecoste de las obras y deambulaba, como siempre, en un discreto segundo plano. De esa imagen a la de ayer datan cinco años en los que ha pasado de ser un gestor modélico a un proscrito.

Las primeras alarmas saltaron en 2015, cuando las instituciones que integran el Consorcio del Centro Lorca comenzaron a tener serias dudas sobre el rigor de las cuentas gestionadas por Martín durante la construcción del edificio a través de la oficina técnica. A la propia Laura García-Lorca se le hundió el mundo bajo sus pies cuando comenzó a verificar el caos en las cuentas de la Fundación con 4 millones de euros de números rojos por un crédito impagado a la Caixa del que no se habían abonado ni los intereses.

Entonces comenzó a descubrirse la cara oculta del hombre del traje gris de la Fundación, un experto conseguidor de ayudas europeas que carecía de formación universitaria y que decidió otorgarse un generoso sueldo de 9.000 euros que llegó a a ser de 12.000 en sus últimas nóminas.

Juan Tomás Martín nació en la localidad de Peñaranda de Bracamonte, localidad por la que fue diputado del PSOE entre 1991 y 1995 en la Diputación de Salamanca y donde se encargó de los asuntos económicos. Durante este mandato, Juan Tomás Martín fue el artífice de Salamanca Emprende, una institución paralela para captar fondos europeos para la provincia salmantina. Cuando el PP se hizo con el poder en 1995 disolvió Salamanca Emprende entre rumores de una gestión discutible que nunca fueron aclarados. Pero Juan Tomás Martín, desde entonces, mantuvo un halo de experto conocedor de los laberínticos fondos de la UE, llegando a colaborar con diversas instituciones portuguesas en la captación de Fondos Feder. Bien relacionado con las altas esferas, metódico y atento, mantuvo una estrecha relación con el presidente de Caja Duero entre 2003 y 2010, Julio Fermoso. Con su intermediación se fraguó una extraña y ruinosa relación entre la entidad financiera y Ricardo Hazoury, un empresario dominicano implicado en presuntas estafas y fraude inmobiliario. Otro de sus negocios gira en torno a una empresa que también gestiona dinero europeo y que, en principio, tiene unos valores que podrían cuadrar con la escala de valores de Teresa de Calcuta. Se trata de Wikisaber.es, un portal educativo "fundamentado en la enseñanza y el aprendizaje colaborativos' además de "gratuito y pensado para todos los cursos de enseñanza".

Su perfil técnico y su experiencia con los fondos europeos se ajustaba como un guante al nuevo panorama al que se enfrentaba la Fundación Lorca para construir un centro dedicado al poeta en Granada. Hasta las instituciones se cegaron con sus dotes organizativas y consintieron en delegar en la Fundación la edificación del Centro Lorca a través de una encomienda y pusieron en sus manos la lluvia de millones que estaban por llegar.

El final de esta historia es la condena a dos años de cárcel y a indemnizar a la Fundación con casi 2 millones de euros.Pero de este periplo al menos le quedan los 748.000 euros que facturó legalmente a través de su empresa.

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