Halle Berry y Benicio Del Toro, ambos ganadores de un Oscar, protagonizan Cosas que perdimos en el fuego, la cinta cuyo preestreno patrocina esta noche Granada Hoy y Localia TV a beneficio de la ONG Acoger y compartir. Se trata de un drama conmovedor y absorbente acerca de dos personas unidas por el destino que está dirigido por Susanne Bier (Después de la boda).

Halle Berry es Audrey Burke, la amante esposa de Brian (David Duchovny). Su felicidad se ve truncada cuando su tierno marido y padre de sus dos hijos pequeños aparece asesinado. Acostumbrada a una vida llena de amor y comodidad después de once años de matrimonio, Audrey se siente perdida. Impulsivamente, pide ayuda a Jerry Sunborne (Benicio Del Toro), un drogadicto amigo de su marido desde la infancia.

Desesperada por llenar el vacío dejado por la muerte de su marido, Audrey le ofrece la habitación al lado del garaje con la esperanza de que pueda ayudarles, a ella y a los niños, a enfrentarse a la pérdida. Jerry libra una batalla diaria para alejarse de las drogas, pero su inesperado papel como padre sustituto y amigo del hijo y de la hija de Audrey le aporta una desconocida capacidad de recuperación. Sin embargo, la fragilidad de esta unión hace que esté siempre en peligro.

Cosas que perdimos en el fuego es la primera película producida en Estados Unidos de la directora danesa Susanne Bier, conocida por sus largometrajes basados en personajes muy humanos, como Después de la boda (2006), Te quiero para siempre (2002) y Broder/Hermanos (2004), nominada a 11 premios de la Academia de Cine Europeo.

La directora prefiere filmar historias directas de mucha fuerza emocional basadas en acontecimientos inesperados que conectan con un público cada vez más numeroso. El oscarizado director Sam Mendes se encuentra en la producción de la película.

Después del éxito de American Beauty y Camino a la perdición, la productora de Sam Mendes empezó a recibir los mejores guiones de Hollywood. Uno de los proyectos que más le interesó fue Cosas que perdimos en el fuego, escrito por Allan Loeb. "No abundan los guiones que, por una parte, cuentan una historia personal acerca de la relación entre dos seres humanos y que, por otra parte, tienen la amplitud necesaria para convertirse en una película para la gran pantalla y no en un telefilm", dice Mendes.