Granada

Un hogar en las escaleras de la Curia

  • Después de 18 días en huelga de hambre, los parados de Casería de Montijo ponen fin a su protesta

El Corpus del hambriento está lejos de los farolillos de feria, de las luces y de los rebujitos. Después de 18 días sin probar bocado y de hacer de las escalerillas de la Curia su casa, Santiago, Alberto e Isaac ven todo con otros ojos. Su perspectiva es distinta. La plaza de las Pasiegas se llenó hace un par de días de cientos de personas para ver el paso de la Custodia y allí estaban ellos. Sentados, callados... viendo también al Santísimo Sacramento pasar.

Después de llevar años sin empleo, teniendo familia e ingresando menos de 300 euros al mes en casa alguno podría pensar que la fe es una utopía, ellos apelan al respeto. "Respetamos la fiesta y que la gente se divierta durante estos días. Nosotros también lo hicimos cuando podíamos pero sentados aquí hemos visto de todo durante estos días", explican.

Los tres parados subrayan que no por ir a misa se solucionan los problemas y que realmente lo que a ellos les está ayudando es la solidaridad que algunos ciudadanos están teniendo con ellos "y no sólo ciudadanos individuales sino la propia Iglesia". Los vecinos de la zona Norte han tenido, gracias a la Curia, una sala para asearse y otra para descansar en unos días en los que sólo entra en su cuerpo agua, Acuarius y un complejo vitamínico.

"Hacemos esto porque no nos queda otra", explica Santiago Cortes. El hombre, que ya tiene experiencia en este tipo de acciones cree que es la única manera que tienen para reivindicar algo tan básico como un empleo. "Apostamos por la huelga blanca porque dejarse llevar en estos casos sería un error".

Los parados de Casería explican que la acción que están llevando a cabo es algo que no busca el beneficio propio. Esta huelga es para ayudar a todos los parados de nuestra asociación. Una agrupación que en sus más de tres años y medio de trabajo ha logrado emplear a 65 personas y tiene a las puertas un nuevo taller de empleo dedicado a la fontanería. "Nuestra única satisfacción después de todo este esfuerzo es saber que tiene resultados positivos".

Concretamente, esta última travesía verá la luz hoy mismo. Ayer por la noche, los parados mantenían una reunión vital para dilucidar su futuro. "Puede que tengamos alguna salida en un proyecto social que nos sacaría de apuros a muchos de los que estamos así".

A la espera de que ese proyecto se cierre, los parados siguen su huelga en la Curia aunque anoche anunciaron que hoy explicarían los pormenores del desenlace de la huelga.

Santiago explica que desde la última vez que hizo huelga de hambre se le ha quedado un dolor permanente en el riñón que es la factura más real de lo que está pasando. Aun así, seguirá sin comer. En cualquier caso, en esta situación, "el riñón no es lo que más me duele. Mis hijas me duelen más".

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