Los trabajos de investigación arqueológica preceptivos en la elaboración de un Plan Director sacaron a la luz un sorprendente descubrimiento: el suelo del primer y el segundo patio estaba repleto de restos humanos. El arqueólogo responsable de estos trabajos previos, José Manuel Torres Carbonell, explica que los huesos no corresponden a sacerdotes de la orden religiosa sino a enfermos que, en los primeros tiempos del hospital, eran enterrados en el suelo de los claustros.

La investigación que se inició el año pasado y se prolongó hasta el mes de abril ha dejado claro que se trata de inhumaciones cristianas del XVI. Por la postura de los cuerpos -boca arriba y con los brazos cruzados en el estómago- se pensó que podía tratarse de monjes. Sin embargo, hay estructuras óseas tanto de varones como de mujeres, adolescentes o, incluso, neonatos. "Probablemente eran pacientes del hospital que fallecían y recibían sepultura allí mismo", declara el investigador, quien señala que el peso de este hallazgo es relativo desde el punto de vista del valor arqueológico, a pesar de su importancia documental. "No se puede caer en el fetichismo con todos los objetos históricos".

Al encontrarse la tierra de los patios muy removida no se puede precisar aún el número de cadáveres que fueron sepultados en los dos claustros. Lo que si puede adelantar el arqueólogo es que se trata de una población muy joven. "El perfil de la edad es catastróficos. Los más viejos tendrán 45 o 50 años".

Sólo se han conservado 7 u 8 completos. De ellas, dos inhumaciones permanecerán en los terrenos del hospital mientras que el resto serán trasladados al Museo Arqueológico de Granada, donde en principio no se expondrán al público.

Los trabajos arqueológicos también han permitido conocer los distintos momentos constructivos del edificio, que se han podido documentar en planos de planta, alzado y sección, según detalla el arqueólogo, quien trabaja ahora en la realización de un análisis en tres dimensiones de la evolución del hospital a lo largo del tiempo.