Dos años después de que estallara el escándalo en torno a la construcción del Centro Lorca, y tras multitud de encuentros 'definitivos' en los que nunca terminaba de desbloquearse la situación, las instituciones que integran el Consorcio del Centro Lorca se reúnen hoy en un encuentro trascendental para la llegada a Granada del legado del autor de Romancero gitano. En el horizonte está la posible reclamación de Noruega de los 3,7 millones de euros que aportó para el equipamiento del centro y los primeros meses de programación, una cantidad que tendrá que devolver el Ministerio de Hacienda si no hay acuerdo para la llegada de los documentos antes de fin de mes. Es la misma espada de Damocles que tuvo el Consorcio a finales de 2015, aunque las instituciones consiguieron una moratoria para continuar las negociaciones con la Fundación del poeta que preside Laura García-Lorca.

Sobre la mesa está el estudio de los últimos 200 folios de facturas que presentó la institución el pasado lunes, con los que intenta acreditar que el dinero recibido se empleó correctamente, aunque no de forma necesaria en la construcción del centro, ya que la Fundación alega que durante el tiempo que duró la construcción tuvo que soportar en solitario las carencias del Consorcio. En este sentido alega que, salvo el caso de las subvenciones nominativas procedentes de la Junta y el Ministerio, no estaba estipulado el destino que debía de darse a estas aportaciones. Por eso, aunque la última auditoría revela que existe una deuda de 2,5 millones de euros pendiente de cancelar de la construcción del centro, además de una diferencia de casi 3,5 millones entre las ayudas recibidas y los pagos realizados, la Fundación insiste en que este dinero se destinó a "gastos que permitieron que la maquinaria administrativa que suplía las carencias del Consorcio siguiera funcionado", según el escrito que Laura García-Lorca envió a las instituciones el pasado 15 de junio.

Por esta razón pide que se computen los cerca de 4,6 millones de euros de gastos asociados, de los que cerca de 1,5 ya cuentan con la aprobación del Consorcio, que todavía tiene que dar por buenas otras cantidades como el salario de la presidenta de la Fundación, de más de 650.000 euros o facturas como 54.000 euros de gastos de alojamiento o 305.000 euros de la digitalización del legado, además de exposiciones como Ever/Still, que se inauguró a finales de 2007 con un presupuesto de más de un millón de euros y que estaba organizada por la Fundación y Acción Cultural Española. Por eso, Laura García-Lorca pide que se den por "plenamente justificadas" las ayudas recibidas, para lo que alude al artículo 1.729 para reclamar que se den por buenas sus justificaciones a modo de indemnización por el prejuicio causado a la Fundación.

De la reunión de hoy podría salir la liquidación de la encomienda de gestión, punto en el que la Fundación pide que se haga sin que haya obligación de reintegro alguno a las administraciones. Pero las negociaciones no acaban aquí, ya que después tendrán que seguir trabajando en el papel que ocupará la institución que preside Laura García-Lorca y el modelo de gestión del centro de la Romanilla.

En este sentido, la concejal de Ciudadanos en el Ayuntamiento, María del Mar Sánchez, señaló que para su grupo "la llegada del legado de Lorca es una prioridad, al igual que lo es la gestión transparente del dinero público". "Queremos que se depuren todas las responsabilidades y, para ello, los apellidos no sirven para nada ni nos van a amedrentar", resaltó la edil.