Granada

Un mandato que devolvió a los rojiblancos a la élite

  • A pesar de las sombras, el nombre de Quique Pina forma parte de la historia del Granada al ser el presidente que devolvió al club a Primera después de muchos años

Cuando en verano de 2009 el nombre de Quique Pina salió a la palestra al hacerse cargo del Granada, de la mano de Gino Pozzo, no pocos recordaban a aquel directivo del Ciudad de Murcia que en 2007 se convirtió en la mano derecha de Carlos Marsá en el Granada 74 que jugó la temporada 2007/08 en Segunda División. Por entonces, el Granada 'dormitaba' en Tercera División y se veía al club de Almanjáyar como 'enemigo público número uno'. Pero la parroquia granadinista que tanto había denostado al murciano, sólo dos años después lo encaramó a sus altares futbolísticos cuando se hizo cargo del club, al que sacó de aquel pozo que era la Segunda B y no sólo ascendió al equipo a Segunda División en una temporada, sino que a la siguiente obró el milagro de devolver al Granada a Primera División después de la friolera de 35 años. Fue llegar y besar el santo y casi como a un santo los seguidores rojiblancos trataron a partir de entonces a que Quique Pina al que se le perdonó todo porque lo importante para los futboleros de la ciudad era que el equipo jugará contra los Real Madrid, Barcelona, Atlético y demás clubes a los que muchos granadinos sólo veían a través de la televisión.

Cuando Pina y Pozzo se hicieron cargo del Granada, lo primero que hicieron fue sanear las cuentas, pagar a los no poco acreedores, entre ellos a la Hacienda Pública y la Seguridad Social, e iniciar la conversión del club en Sociedad Anómina Deportiva con un capital inicial de 10 millones de euros. Junto a ellos, un Juan Carlos Cordero, auténtica mano derecha de Pina durante su carrera como directivo, desde el Ciudad de Murcia hasta ayer mismo, en el Cádiz.

Las milagrosas permanencias en Primera marcaron la presidencia de Pina

Y en medio de un ambiente de gran expectación, el Granada de la campaña 2009/10 comenzó a andar. Aunque fue Miguel Ángel Álvarez Tomé el encargado de hacer navegar al Granada sobre el césped, el hombre que pasó a la historia fue el de Fabriciano González Penela 'Fabri'. El técnico gallego fue el que hizo realidad el objetivo de Quique Pina de llevar al Granada primero a Segunda División tras una inolvidable eliminatoria con el Alcorcón, y el año siguiente a Primera, tras eliminar en el play off al Celta y al Elche. En la mente de todos los rojiblancos está grabada a fuego la fecha del 18 de junio de 2011, la ciudad de Elche y el nombre de Ighalo, autor del gol que propició el ascenso soñado por no pocas generaciones de granadinistas.

Curiosamente, la estancia del Granada CF en Primera División coincidió con la presencia de Quique Pina como presidente del club y Gino Pozzo como dueño de casi la totalidad de las acciones de la SAD.

La primera campaña en Primera estuvo marcada por un extraño robo en las oficinas del club en Los Cármenes de 130.000 euros recaudados por la visita del Barcelona. Curiosamente las cámaras de vigilancia estaban apagadas. Al final, fue el jefe de seguridad de GEGSA el que 'pagó el pato'. En el plano más deportivo, los seis años del equipo rojiblancos en la élite estuvieron marcadas por los 'tejemanejes' con los que Pina administró la configuración de las plantillas, los traspasos y las no pocas permanencias firmadas por el equipo en finales de temporadas que sorprendieron a propios y extraños. Especialmente milagrosas fueron las dos últimas, con José Ramón Sandoval y el actual técnico del Málaga, José González, en el banquillo rojiblanco, respectivamente. En la primera de ellas, la 2014/15, Sandoval se hizo cargo del banquillo a falta de cuatro jornadas (sustituyó a Abel Resino que, a su vez, había suplido a Caparrós) y en ellos el Granada ganó tres partidos y empató uno. Increíble. En la siguiente, el Granada estuvo contra las cuerdas, sobre todo en un choque ante Las Palmas que se ganó por 3-2 tras ir perdiendo por 0-2. El partido fue investigado por presunto amaño.

Durante el mandato de Pina se consiguió además que el filial subiera a esa Segunda B en la que el primer equipo moró durante años y años. La presencia del filial en el fútbol profesional permitió al directivo murciano evidenciar lo que iba a ser una constante de su política deportiva: fichar jugadores allende de las fronteras con el objetivo de revalorizarlos y lograr sustanciosas 'plusvalías'.

No pocos jugadores se hicieron un nombre en un Granada, si bien muchos de ellos eran 'propiedad' del Udinese de Pozzo, que fue el que obtuvo no pocos beneficios tras su inversión en el Granada. Mucho rédito se sacó de la venta de jugadores como Siqueira, Ighalo, Brahimi, Mikel Rico, Nyom, Peñaranda, Success.... Ya por entonces en el ambiente reinaba la sensación de que el Granada se beneficiaba poco o nada de esos traspasos.

A pesar de no pocas sombras, en Granada siempre se vinculará a Pina con el regreso del Granada a Primera después de muchos años, con lo que se hizo realidad un sueño que parecía una utopía.

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