Corría el año 2001, José Torres Hurtado era delegado del Gobierno de Andalucía y tenía jornada de trabajo en Málaga. Él y su esposa aprovecharon para tomar algo en Marbella con su amigo Juan Antonio Mérida. Se incorporaron al encuentro otros asiduos compañeros de veladas, Isabel Nieto y su marido. Los seis se sentaron a una mesa de la que más tarde salió el núcleo duro del actual gobierno municipal de Granada. Como muchos otros compañeros, empezó a hacer sus pinitos en la Universidad, donde ya estuvo relacionada con Alianza Popular. Era el primer año de Democracia y a sus padres les producía temor esa actividad. Además, las múltiples reuniones y tareas que conllevaba eran contraproducentes para su concentración en los estudios de Derecho. Así que se retiró casi antes de empezar. Pero ese paso atrás no impidió que se convirtiera en una forofa del PP. La noche del primer triunfo electoral de José María Aznar fue la más feliz de su vida. La recuerda delante de la televisión, con una botella de champán y sin parar de llorar por la emoción. Aunque se afilió al PP hace más de 20 años, nunca se había planteado pasar a la política activa hasta aquella velada de Marbella con Pepe Torres. Fantasearon un poco y le adjudicaron la Concejalía de Fiestas, algo divertido con lo que seducir a esta mujer que hasta entonces ejercía como abogada en el despacho de su padre. Pero el actual alcalde debió de ver algo más valioso en ella porque la colocó en los puestos de mayor responsabilidad de su gobierno. Por fin Isabel entró en política pero la política, en su forma más ortodoxa, no entró en ella. En esta ocupación hay pocas personas imprevisibles, aquellas que no siempre dicen lo que corresponde, sino lo que les pasa por la cabeza. La edil del PP es una de ellas, el terror de cualquier gabinete de prensa que trate de difundir un mensaje políticamente correcto. De hecho, el PP andaluz procedió a la apertura de un expediente informativo a Isabel Nieto por poner en duda la segunda fase del AVE, después de decir que "si el tren viene en superficie a la ciudad, nos lo quedamos así para siempre". Aquí siguió ganándose esa fama de mujer independiente que iba un poco por libre dentro de la férrea estructura del partido. Sus primeros cuatro años de gobierno de la ciudad al frente del área de Economía le valieron el apodo de 'La Mala' por su recorte en gastos. De ahí dio el paso a la Gerencia de Urbanismo, donde recibió el primer varapalo al ser imputada por presunta prevaricación urbanística por la construcción de una discoteca y una pista de patinaje en el Serrallo. La imputación hizo que el partido Ciudadanos retirara hace unos meses su apoyo al PP en el Ayuntamiento de la localidad. Hace unos días, llegó incluso a retirarse de una comisión de urbanismo al denunciar "coacciones" después de que IU amenazara con llevar a la Fiscalía un expediente relativo a la construcción de una residencia universitaria en el PTS. Visiblemente incómoda, sólo la insistencia del alcalde consiguió que no diese el paso de renunciar a la Gerencia de Urbanismo... y a la política.