Entrevista

"Si el negocio de las empresas familiares no se transforma, desaparecerá"

  • Alberto Gimeno destaca la importancia de combinar la tradición y la innovación de las compañías que sustentan la economía

La supervivencia de las empresas familiares está en juego. Así al menos lo garantizó ayer el doctor Alberto Gimeno, profesor titular del Departamento de Política de Empresa de Escuela Superior de Administración y Dirección de Empresas (Esade), que participó en la presentación del Programa de Gobernanza y Gestión de la Empresa Familiar organizado por Esade y Loyola Leadership School.

-¿Cuáles son los desafíos a los que se enfrenta la empresa familiar?

-Muchas veces en el discurso se dice que lo importante en el caso de la empresa familiar es la continuidad, pero lo que hemos visto después de muchos años de investigación es que la continuidad pasa por la transformación. Y la transformación tiene que ver con la capacidad de reinventarse, de adaptarse a lo nuevo. Tienen que convivir lo bueno que se ha hecho antes, la tradición, con la innovación: la búsqueda de nuevas oportunidades, de nuevos mercados, nuevas tecnologías o nuevos productos.

-¿Son más difíciles los procesos de transformación en empresas familiares?

-Son más complicados porque tiene que ver con las relaciones de poder que se producen en la familia. Cuando la generación anterior ha sido exitosa, la tendencia es repetir el modelo. De alguna forma la obligación de lo nuevo viene de los jóvenes. Lo que ocurre es que para manejar esto bien es difícil. Los jóvenes no tienen que destruir lo anterior, sino construir lo nuevo basándose en lo anterior. El proceso de transformación no es un proceso nada fácil. En la empresa no familiar se puede hacer sin que se tengan que producir cambios drásticos en las relaciones de poder.

-¿Cuál es la situación actual de la empresa familiar?

-Depende. Por un lado están los grupos familiares que tienen una dimensión muy competitiva, fundamentalmente porque son compañías que se han internacionalizado. Son compañías que están creciendo y trabajando en otros mercados. Por otro lado están las que trabajan principalmente en el ámbito local. En este caso la situación es mucho más complicada porque el mercado está mucho más complicado, determinado por el acceso al crédito. Esto significa que estamos en un momento en el que el modelo de negocio de compañías familiares, si no se transforma, desaparecerá. Estamos en un momento muy difícil, pero al mismo tiempo muy interesante por la necesidad de supervivencia, que hace que muchas compañías tengan que buscar nuevas fórmulas. De todos modos las empresas familiares tienen una ventaja única: tienen una estructura de capital mucho más sólidas y tienden a ser compañías mucho menos endeudadas, con lo cual están en un momento de encrucijada. La tentación está entre la creación, la asunción de riesgos, o apostar por la vía del miedo a perder. Y esa vía es un mal camino, porque no lleva a ninguna parte más que a refugiarte en tus cuarteles de invierno, en lo que sabes hacer, y esto no siempre es una buena alternativa.

-¿Qué nuevas fórmulas de negocio deben adoptar?

-Más que modelos de negocio, que dependerán del sector y de la situación competitiva, hay que modificar la estructura. La evolución tiene que pasar por la combinación de profesionalidad y capacidad emprendedora. Hay que mantener, desarrollar y consolidar la capacidad para emprender, para asumir riesgos, para trabajar con intuición, y al mismo tiempo crear equipos profesionales, que de alguna forma puedan llevar la compañía a buen puerto. Hay que combinar el liderazgo de la gente que es capaz de asumir riesgos y, al mismo tiempo, los equipos de trabajo que funcionen como directivos. Esta es un combinación que no es fácil de conseguir porque los líderes, los emprendedores, normalmente tienden a despreciar la capacidad ejecutiva, a comportarse de una forma excesivamente intuitiva en la parte organizativa. Y al mismo tiempo los gestores tienden a pensar que la capacidad de gestión sustituye al liderazgo, a la capacidad de guiar la compañía. El desafío que tienen esas compañías es cómo manejarse con lo mejor de ambos mundos. Eso permite generar compañías mucho más competitivas, mucho más ágiles y mucho más eficientes que las compañías no familiares.

-Este cambio es necesario por la importancia de la empresa familiar para la economía...

-Las empresas familiares son el pilar más importante de la economía española y de todas las economías del mundo. El mundo empresarial se aguanta por las empresas familiares. Lo que ocurre es que es una realidad de la que conocemos poco, porque es poco glamourosa, porque sale poco en los medios. Pero el gran desafío que tenemos como país es conseguir que las empresas familiares se conformen hacia el mundo al que vamos. Ahí nos estamos jugando mucho.

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