Granada

Más prestigiosos, cuidados y vendidos

  • Gracias a la evolución de los últimos años, los caldos de la provincia ganan en certámenes internacionales, acumulan parabienes y se consumen hasta en China

Premiados en certámenes internacionales, exportados a países tan lejanos como China y cada vez más mimados por sus productores. Los vinos de Granada viven un momento excelente. Numerosas pruebas lo demuestran. De las más de 50 bodegas de la provincia han salido botellas capaces de imponerse a pesos pesados -Burdeos, Rioja, Priorato- en concursos de prestigio.

En la provincia hay tres zonas de producción: Norte, Sur-Oeste y Contraviesa-Alpujarra. Empezando por la última, en la mayoría de sus veinte bodegas es loable su deseo de evolución. Del granel y el tinto de mesa corriente se ha pasado al producto esmerado.

Barranco Oscuro, en Cádiar, es posiblemente el mejor ejemplo. En sus doce hectáreas produce cinco tipos de vino: tres tintos, un blanco y un espumoso.

La zona Sur-Oeste da los caldos que podrían considerarse más serios. De sus siete bodegas, las dos más prestigiosas son Calvente y Señorío de Nevada.

Localizados en Cónchar, en el valle del Lecrín, los viñedos de Señorío de Nevada pertenecen desde hace poco más de un año al grupo empresarial Líder XXI. Son 21 las hectáreas cultivadas, de las que se han obtenido variedades tan conseguidas y premiadas como el Syrah-Merlot de 2001 o el Merlot de 2002. Es una bodega en clara expansión. En 2006 comercializó la nada despreciable cifra de 66.000 botellas.

Las viñas de Horacio Calvente están en Jete y ocupan una extensión de 8,5 hectáreas. Aunque trata de conservar su carácter artesanal, no desdeña la idea de crecer. Este año casi han llegado a las 80.000 botellas y su producción tiene cada vez más eco. Especialmente apreciado es su blanco 2006, un moscatel que está obteniendo altas puntuaciones en guías especializadas.

El vino de la Tierra Norte pasa por ser el más vanguardista. Se nota no sólo en la utilización de técnicas más innovadoras, sino incluso en el diseño de las etiquetas, un detalle nada superfluo: el vino entra también por los ojos.

Entre las marcas destacan Muñana y Almaraes. La primera está en Graena y desde hace pocos meses es propiedad del empresario José Julián Romero, que quiere convertirla en un referente del enoturismo y producir 300.000 botellas anuales, además de construir allí cerca un hotel rural.

Mimbres para triunfar los hay. De esas 40 hectáreas ha salido el tinto Muñana Dos Cepas 2005, que ha obtenido parabienes allá donde ha sido presentado. Y se espera mucho del Tres Cepas, de inminente salida al mercado.

En cuanto a las bodegas Pago de Almaraes, funcionan desde el año 2001 en Benalúa. Pese a su corta historia, los viñedos han logrado ya cosas como colocar sus productos en más de 300 restaurantes de la lejana China. Premiada en certámenes en Portugal y Francia, embotella los tintos Almaraes y Memento y el blanco Mencal.

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