Granada

La primera escena de Toy Story

  • La mañana del día de Reyes millones de niños abren ansiosos los paquetes para descubrir los juguetes que les han traído sus Majestades y rápidamente eligen un favorito entre tanto regalo

La mañana de ayer pudo servir para el guión de la primera parte de la serie de Toy Story. Ayer, millones de niños abrieron sus regalos de reyes y empezaron a elegir sus juguetes favoritos. Aunque sólo en unos días, o semanas, algunos empezarán a quedar abandonados en los rincones de sus casas, ayer unos cuantos se perfilaron ya como favoritos y en breve pasarán a engrosar la lista de relaciones duraderas de la vida de esos pequeños.

Y eso que el abanico donde los niños pueden ahora elegir es muy amplio. A mediodía, Ricardo Muñoz, por ejemplo, no tenía cerrada todavía la lista de las últimas adquisiciones de su lista de juguetes. En el almuerzo, en casa de sus abuelos paternos, recibiría otra tanda más de juguetes y por la tarde, a la hora de tomarse el roscón en casa de sus abuelos maternos, le tocarían más regalos. Más los de sus tíos, primos...

Pero sus Majestades ya habían dejado en casa de Ricardo un barco pirata de Playmobil, un parchís de Bob Esponja -la estrella indiscutible de esta Navidad- un coche de Hot Wheels, dos maquetas de una bici y una patineta de diseño, y una figurilla de los Gormittis -otro éxito indiscutible de estas Pascuas-. Y para su hermana pequeña, Lucía, los Reyes Magos de Oriente habían dejado un lavavajillas, una máquina registradora, unos perrillos de Littles Pet Shop, unas pinturas para maquillarse y un muñeco de Noddy.

La alegría de Lucía quedó empañada por una noche con una fiebre de 39 grados de la que no se había curado del todo la mañana del día de Reyes. Sin embargo, eso no impidió que la pequeña fuese ya mostrando sus inclinaciones: los perritos de Pet Shop la acompañaron a casa de sus abuelos. Y Ricardo tenía claro que su favorito era el barco pirata. ¿Por qué? La respuesta encierra la sencillez de la infancia: "Porque es el más grande".

A Darío Fernández también le dejaron dos juguete de Hot Wheels: la pista de coches y un coche teledirigido, además de la nave de Star Wars. Como casi todos los niños, pasó la mitad de la mañana montando los nuevos juguetes o estrenando videojuegos o videoconsolas antes de salir a jugar con sus amigos y asegurarse que a ninguno le habían dejado carbón. Entonces fue cuando las plazas y los jardines de las urbanizaciones empezaron a llenarse con los primeros balones, bicis, monopatines o carricoches. Cuando se estrenaron las equipaciones de fútbol, se cambiaron muñecas con las amigas o se presumió de nuevos patines.

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