Apenas unas horas después de que la Fiscalía Provincial de Granada comunicara a los medios su decisión de querellarse contra María del Mar Villafranca y otros tres altos cargos del Patronato de la Alhambra, la ya ex directora del monumento nazarí tenía escrita su carta de renuncia. A pesar de que durante los últimos doce días siempre se había hablado de "tranquilidad" desde su entorno, la constatación de que la investigación ha arrojado indicios suficientes como para que la Fiscalía exija la apertura de un proceso judicial y la imputación de todos los querellados, llevó a Villafranca a adoptar una decisión que seguro no fue fácil.

Con ella, cierra una etapa de once años -con sus luces y sus sombras, pero en los que ha llevado a cabo una gestión patrimonial y cultural del monumento que tiene pocos detractores- que ayer no dudó de calificar como los mejores de su vida, y renuncia a agarrarse al sillón, como acostumbran a hacer cientos de cargos políticos de uno u otro signo.

Puede que el Gobierno de transparencia que propugna la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, haya tenido algo que ver; o que la responsabilidad de Villafranca con un monumento que ha mimado durante once años sea bastante mayor que su aspiración de seguir al frente del Patronato, pero el caso es que en cuestión de horas, la Alhambra se quedó 'huérfana' de directora.

En todo caso, la renuncia de Villafranca, que no entró en el registro de la Consejería de Cultura hasta ayer por la mañana a primera hora, se hizo efectiva pasadas las 12:30, tras la celebración del Consejo de Gobierno, que aceptó su dimisión.

La secuencia de los hechos a partir de ahora dependerá de la Consejería de Cultura. Según el Decreto 59/1986 de 19 de marzo por el que se aprobaron los Estatutos del Patronato de la Alhambra y el Generalife, el director del monumento -que deberá tener su residencia en la ciudad de Granada-, será nombrado y separado por Decreto del Consejo de Gobierno, a propuesta de la consejera de Cultura de la Junta de Andalucía, Rosa Aguilar, una vez oídas las consideraciones del Pleno del Patronato de la Alhambra y el Generalife.

Así que el siguiente paso será la convocatoria de un Pleno Extraordinario presidido por Aguilar, del que saldrá el sustituto de Villafranca. Aunque debido a la celeridad con la que se han producido los acontecimientos no hay fechas oficiales, fuentes consultadas por este periódico dieron ayer por hecho que la convocatoria de pleno y el nombramiento del nuevo director del Patronato de la Alhambra no se dilatará en el tiempo.

En cualquier caso, la Alhambra no se queda en desgobierno, ni mucho menos. Los Estatutos del monumento nazarí también recogen que será el arquitecto conservador del complejo monumental -cargo que ostenta en la actualidad Francisco Lamolda- el que asuma las funciones de gestión en caso de ausencia, vacante o enfermedad del director.

Queda todavía por saber cuál será el futuro de los tres altos cargos del Patronato de la Alhambra contra los que también se ha querellado la Fiscalía. Aunque tienen cargos de funcionarios, los estatutos del monumento establecen que la secretaría general, el servicio de conservación y la intervención delegada son unidades que dependen directamente de la dirección.

La renuncia de Villafranca, que fue ayer celebrada entre las filas de los 'populares', también generó reacciones de solidaridad entre representantes políticos y en las redes sociales. De hecho, en el momento en el que se hizo público que era objeto de una investigación de la Fiscalía, hace doce días, un grupo de intelectuales y ciudadanos anónimos formó una plataforma de solidaridad para defender su "buen hacer" al frente del monumento. Al margen de apoyos y ataques, ahora será la ya ex directora de la Alhambra la que tendrá que demostrar ante la justicia quién tiene razón.