Granada

El reto de pasear en bici en una ciudad con un pavimento 'roto'

  • Calles como Gran Vía, Avenida de la Constitución o Arabial tienen el asfalto en un estado lamentable

  • Los parches y socavones abundan

Pasear en bici en Granada es, a ciertas horas, una auténtica prueba digna del Gran Prix. Pongámonos en situación. Un ciclista intenta volver a casa un viernes a las dos de la tarde. En su camino por calles clave como Gran Vía, sin duda, encontrará de todo. Autobuses que le pitan porque reduce significativamente la velocidad óptima de este transporte público. Conductores que le pasan de cerca. Y, a todo ello hay que sumar un elemento que se sale de lo humano: el estado de la calzada que, en algunos tramos, es absolutamente lamentable.

El incesante paso de la Línea de Alta Capacidad y otros autobuses de gran tamaño genera en el suelo importantes desniveles y socavones. Deficiencias que el ciclista no siempre puede sortear si el tráfico es denso. A esto hay que sumar alcantarillas salientes y un bordillo muy moderno, el de Gran Vía, que se convierte en una auténtica trampa si un coche se pega demasiado a la derecha.

Ante esta circunstancia muchos ciclistas optan por recorrer algunos tramos de la Avenida de la Constitución por el paseo central. Algo que está terminantemente prohibido tal y como detalla en una señal ubicada en los accesos. Sin embargo, es común ver a ciclistas circular a baja velocidad por este corredor ante el descontento de los peatones que ven en peligro su integridad física. No son las únicas calles que presentan problemas para los ciclistas debido a su mal estado. El eje Arabial-Palencia pendiente de una reforma integral a cargo del Metro de Granada está también salpicada de parches. Aunque tiene un tráfico mucho más pacificado, la vía es un auténtico carril de obstáculos para los ciclistas que eligen este eje para desplazarse de un punto a otro de la ciudad. Aquí, está previsto que el proyecto de remodelación brinde un espacio reservado al ciclista. Será una auténtica oportunidad para facilitar el tránsito en una ciudad donde quienes se mueven en bici tienen a sentirse un auténtico estorbo. Su presencia no gusta en ningún sitio: ya sea en la calzada o en los carriles bici como el existente en Camino de Ronda donde hay que circular con la mano puesta en el freno y a una velocidad moderada dado el elevado número de personas que cruzan el carril sorpresivamente y sin mirar tras atravesar un paso de cebra o bajarse del autobús.

Los carriles bici, por el momento, no son una opción demasiado recomendable. En total hay: Poeta Manuel de Góngora, Emperador Carlos V - Andrés Segovia, Circunvalación, Norte, Churriana-Granada, PTS y la acera-bici del Camino de Ronda. Su desconexión entre sí hace que el ciclista deba aprender a manejarse en el tráfico. Lo contrario será que, cada ciertos metros se vea sin infraestructura ciclista y opte o por circular por la acera o por la calzada donde, sin duda, es necesario implantar medidas de pacificación del tráfico. Donde también hay una vía ciclista es en la calle Nueva del Santísimo en el entorno de San Juan de Dios. Aunque se trata de una calle con poco tráfico los adoquines resultan una auténtica incomodidad no apta para bicis sin amortiguadores.

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