Con un abanico vistoso que llame más la atención que los churretones del maquillaje y con un sombrero gracioso que despiste los cercos de sudor de la camisa, comer a mediodía en la feria tiene mucho encanto. Buena parte de las casetas están equipadas con aire acondicionado, lo que  permite estar lo suficientemente a gusto mientras uno se va refrescando bebiendo rebujito o cerveza. El único problema es que la balanza se incline mucho hacía el lado de la bebida fresquita como método para combatir el calor, aunque eso también ha sucedido en otros Corpus de fechas menos tardías y sofocantes.

Con ese sol de justicia está garantizado que no lloverá y son muchos los que se aventuran a almorzar con los amigos y los compañeros de trabajo bajo las lonas de las casetas de Almajányar. Una de las quejas más frecuentes entre los aficionados a la feria, tanto de día como de noche, es el precio de las bebidas y las raciones. Pero si la crisis  puede enfriar algún ánimo, lo que está claro es que a los resultados de las cuentas no afecta del mismo modo.

La Caseta Municipal ofrece una alternativa intermedia para los que quieran echarse unas cuantas cervezas en el ferial sin tener que sacar muchos billetes del monedero y con aire acondicionado (aunque por la estructura abierta de las casetas, se mitiga algo el calor pero no logra evitarse, todo hay que decirlo). Además del descuento del 20% que el Ayuntamiento ha vuelto a ofrecer este año a los que presenten en esta barra la cartilla del paro, también existe la posibilidad de tapear a mediodía.

El precio de los refrescos o las cervezas en la feria, sin tapa, oscila entre los 2 euros y los 2,50 en casi todas las  casetas, por lo que la  tapa municipal, a 2,50 la consumición, no supone un precio extra. Y con música en directo.