manuel calleja. cirujano cardiovascular

"La sanidad pública necesita un by-pass"

  • Después de ocho mil operaciones, presenta esta tarde su libro 'Asistolia. Un retrato de la cirugía cardiaca'.

  •  Es el producto de la observación durante cuatro décadas.

El doctor Calleja fue en su momento el especialista en cirugía cardiovascular más joven en la sanidad pública.

El doctor Calleja fue en su momento el especialista en cirugía cardiovascular más joven en la sanidad pública. / g. h.

Lleva 38 años operando y ha intervenido a más de ocho mil pacientes. Es cirujano cardiaco y dice que es impresionante ver pararse un corazón, pero más emotivo aún presenciar el reinicio del latido un tiempo después. Dice que entre la vida y la muerte hay sólo una línea muy delgada. Manuel Calleja Hernández nació en Madrid pero lleva muchos años operando en Granada. En su momento, fue el especialista en cirugía cardiovascular más joven con plaza en propiedad dentro de la sanidad pública española. Ahora, a sus 62 años, le ha tentado escribir un libro que es el producto de la observación de su entorno durante cuatro décadas. Un libro que ha surgido como fruto de la necesidad íntima de reflejar qué y cómo vive, entre bastidores, un médico de esta especialidad, en constante pugna entre la vida y la muerte. El libro se llama Asistolia. Un retrato de la cirugía cardíaca y se presenta hoy, jueves, a las siete de la tarde, en el Colegio de Médicos de Granada.

-¿Qué es más difícil, escribir una novela o hacer una operación de corazón?

-Depende de qué novela y de qué operación. Aunque mi libro no es exactamente una novela, sino más bien, un ensayo novelado. En los dos casos, las hay fáciles y también las hay muy difíciles.

-¿Por qué a un cirujano cardiaco se le ocurre escribir un libro?

-Por sentir la necesidad de compartir las experiencias vistas o vividas, y las reflexiones a las que éstas me han llevado a lo largo de toda una vida profesional, que dura ya treinta y ocho años.

-¿Qué hay de realidad y qué de ficción en Asistolia?

-Las reflexiones y opiniones son todas reales y en los episodios novelados hay una parte de ficción. Aunque me gustaría que no hubiera habido motivos para haber hecho muchas de las primeras.

-¿Qué siente cuando tiene usted un corazón en sus manos?

-Se sienten muchas cosas y muy diversas, pero fundamentalmente responsabilidad. Y casi siempre, cariño por el paciente.

-¿Qué hay entre la vida y la muerte?

-No lo sé, ya me gustaría saberlo. Pero sí sé que ambas están separadas por una delgada línea.

-¿Puede haber poesía en una operación de corazón?

-Me encantaría decir que sí, pero tengo que decir rotundamente que no.

-¿Se cuentan chistes los cirujanos cardíacos mientras operan?

-Las intervenciones en cirugía cardiovascular son un asunto serio en todos los casos. Pero, en ocasiones, cuando ya se ha recuperado el latido y la fuerza de la contracción cardiaca una vez corregido el defecto, y el paciente está estable, se siente una intensa euforia. Cuando es así, sí, se cuentan a veces chistes o se hacen bromas, mientras se cierran las heridas. Es una forma, muy útil, de relajarse tras la intensa presión de las varias, a veces muchas, horas previas. Y esto es beneficioso para el paciente. Cuando hay dificultades, rotundamente no, no cabe ningún tipo de broma.

-¿El doctor Pedro Bravo de su libro es usted?

-No. Es simplemente un cirujano cardiovascular español que trabaja en la sanidad pública y que tiene 62, con todo lo que ello conlleva: ser cirujano cardiovascular, ser español, trabajar en la sanidad pública y tener esa edad.

-¿Si se trasplanta un corazón de una persona se trasplantan los sentimientos de esa persona?

-No lo sé, pero sospecho que en algunos casos sí. Aunque, bien pensado, sería extraordinario que fuera verdad... sobre todo si se pudiera elegir al donante.

-¿A quién le hace falta un bypass en esta ciudad?

-A todos los que han llevado a la sanidad pública, excelente hace diez años, al estado en el que se encuentra ahora.

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