Granada

El comercio textil, contra las cuerdas por las altas temperaturas

  • El sector vive un octubre "nefasto" ante el calor y la falta de lluvia

  • Las pérdidas son irrecuperables: en noviembre el consumidor piensa ya en la Navidad y los descuentos

Los agricultores no son los únicos que miran al cielo. El caluroso y soleado inicio del otoño ha puesto contra las cuerdas al comercio textil de la provincia, que ve cómo se amontonan en las perchas las prendas de abrigo mientras en la calle, hasta hace apenas unos días, todavía se lucían sandalias y bermudas. En septiembre la temporada empezó mal, acusando la caída de las ventas que se produjo durante la última campaña rebajas y que dejó los almacenes llenos, pero su desarrollo ha sido todavía peor. Los ánimos en el sector están por los suelos, y hay quien asegura que los datos de octubre han sido "para tirar la toalla". Las elevadas temperaturas y la falta de lluvia hace imposible dar salida a los productos de nueva temporada, que tienen su periodo de venta natural en octubre. Porque noviembre, con el Black Friday a la vuelta de la esquina y los descuentos especiales que ya empiezan a poblar los escaparates, es un mes en el que tradicionalmente se retiene el consumo. Ya huele a Navidad y a rebajas, así que los granadinos acostumbran a guardar el dinero en el bolsillo.

"Para nosotros lo fuerte de la temporada es octubre, y eso lo hemos perdido", asegura la dependienta de una de las zapaterías del Zacatín, que apunta que este último mes las ventas se han reducido prácticamente a la mitad que en años anteriores. "Con el calor que ha hecho la gente no piensa todavía en ropa de abrigo", explica, asegurando que solo la entrada del frío puede "animar" a la gente. De hecho, en los dos días que llovió a mediados de octubre las ventas subieron considerablemente. Pero estas últimas semanas, con las temperaturas de más de 20 grados instaladas en los termómetros, lo único que ha salvado las ventas son los turistas, que poco le importa el tiempo que haga en su lugar de vacaciones.

Las fiestas están a la vuelta de la esquina y se prima alimentación, decoración y regalos

El comercio tradicional no es el único que está sufriendo las consecuencias de un arranque de otoño extraordinariamente cálido -según el balance de la Aemet, la temperatura media de octubre ha sido de 20 grados, cuatro más que la media habitual del mes durante la serie 1981-2010-. Si un pequeño comercio no vende abrigos, tampoco lo va a hacer Zara, H&M, o cualquiera de las cadenas que colonizan los armarios de la mayoría de los consumidores. La diferencia es que las grandes superficies tienen más capacidad de reacción, y pueden adaptarse más y, sobre todo, con mayor rapidez, a las condiciones meteorológicas de cada zona. Si no se venden abrigos ni prendas gruesas, siempre se pueden llenar los percheros de ropa más ligera que se adapte mejor a las temperaturas actuales.

El sector independiente no tiene tanto margen de maniobra, y las colecciones de otoño-invierno suelen ser colecciones que hacen justicia a su nombre. La consecuencia, con el calor que ha hecho en las últimas semanas y que parece que ahora comienza a remitir, es que las prendas se quedan en la percha.

"Como no cambie el tiempo no sé qué vamos a hacer", indica la dependienta de otra tienda de ropa de la calle Puentezuelas, que asegura que en el momento que venga el frío "se venderá todo en dos días", como ha pasado otros años. El problema, como señala la responsable de otro establecimiento veterano del entorno de Bibrambla, es que las altas temperaturas de este otoño se han sumado al cambio de hábitos de los consumidores, que sume al comercio en una situación de incertidumbre permanente. "Entre el tiempo y las grandes superficies, dan ganas de tirar la toalla", asegura esta comerciante, que lamenta la imprevisibilidad que domina hora el sector. "Un día vendes mucho y piensas que ha cambiado la tendencia, y al siguiente igual no vendes nada. Parecía que después de la crisis estábamos mejor, pero llevamos un par de meses que apenas se vende. Es para asustarse", apunta.

El secretario general de la Federación Provincial de Comercio, Miguel Moreno, confirma que las elevadas temperaturas "se han cargado" la temporada de otoño, que califica de "nefasta". Esta situación no es exclusiva de la provincia, y ni siquiera es exclusiva de este año. Ya sucedió hace dos ejercicios, cuando el frío y las lluvias también se resistieron en llegar a la provincia. "Con estas condiciones la ropa de invierno no sale para nada. No solo son abrigos, todas las prendas y el calzado se ven afectados", indica, apuntando que si no hace frío excesivo la gente prefiere tirar de fondo de armario en caso de necesitarlo.

A estas alturas del otoño, ya será difícil recuperar las ventas. "Si no se vende en temporada ya llega hasta las rebajas, con la consecuente pérdida de margen". Porque en noviembre se produce, según Moreno, el "cambio de chip" que prepara a la gente para Navidad. "Ahora el cliente tiene otras prioridades. El consumo de ropa y de calzado pasa a otro nivel frente a la alimentación, los regalos o la decoración", por lo que las posibilidades de que la temporada remonte, a estas alturas, son mínimas.

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