Enrique Hita. Defensor Universitario

"En tiempos difíciles es normal y hasta deseable que los universitarios alcen la voz"

  • El pasado año su oficina gestionó un 20% más de quejas que en el anterior ejercicio Reconoce que "es posible" que en épocas de crisis disminuyan los derechos sociales

Enrique Hita Villaverde (Huélago), catedrático de Óptica, es el Defensor de la Universidad de Granada desde el 13 de noviembre de 2008, cuando sustituyó en el cargo a la profesora Purificación Fenoll. Entonces fue el único candidato en unas elecciones en las que obtuvo 195 votos de los 201 emitidos. En estos años al frente de la Oficina del Defensor, la crisis económica ha marcado tanto la gestión de los recursos de la propia Universidad de Granada como el día a día de los alumnos, que no han dudado en salir a la calle para denunciar reiteradamente los recortes del Ministerio de Educación. En una comunidad formada por más de 53.000 alumnos de grado -a los que hay que sumar profesorado, personal de administración, estudiantes de másteres y doctorado...-, es inevitable que los problemas generados por los recortes calen entre los universitarios, que cada vez más acuden al despacho del profesor Hita.

-¿Qué balance puede hacer del último año? Han sido unos meses en los que se han sucedido las protestas de los estudiantes universitarios y eso se habrá notado en su Oficina...

-Efectivamente ha habido un incremento de casi un 50% en el número de quejas que se han presentado en esta Oficina, si bien el número de asuntos tramitados por vía ofimática ha descendido y se han mantenido prácticamente igual el resto de actuaciones, tanto las consultas con gestión como las mediaciones. Globalmente se produce un incremento de las intervenciones de casi un 20%.

-¿Para qué recurren los estudiantes al Defensor?

-Entre los problemas más frecuentemente abordados están los relacionados con las cartas de pago de matrícula erróneamente emitidas, la aplicación de las normas de permanencia, la compensación curricular, la adaptación al grado de los antiguos planes de estudios, las mediaciones y los problemas de convivencia universitaria, entre otros.

-¿Cree que son demasiados los obstáculos a los que se enfrenta el alumnado en sus estudios, obstáculos causados por una mejorable gestión de la Administración? Por ejemplo, el tema de la dotación para los becarios erasmus se solucionó con una rectificación y una reprimenda desde Europa...

-Es evidente que en el tema de los Erasmus el Ministerio de Educación generó gratuitamente una gran inquietud. Creo que nadie comprende todavía cómo pudo el ministro hacer aquellas declaraciones. Entiendo que es necesario recapacitar sobre lo que significa la movilidad estudiantil y poner en valor los beneficios que reporta en relación con la formación de nuestros estudiantes y su posterior integración en el mercado internacional.

-No ha sido la única protesta universitaria. Ahí está el escrache a Alfredo Pérez Rubalcaba en Ciencias...

-En tiempos difíciles, como los que corren, es normal que aumenten las protestas de los que más están sufriendo la situación. No sólo es normal, sino que es deseable que se alce la voz, porque hay quien quiere callarla. Pero a veces la razón se parece demasiado a la sinrazón, porque se piensa que los derechos no tienen límite, porque se alza la voz no para expresarse sino para crear un ruido artificial que enmudezca a los demás y porque aparecen pescadores de sus propios intereses en río revuelto. Eso fue lo que yo creo que ocurrió el día de la conferencia de Pérez Rubalcaba. Dentro de la Universidad de Granada es cierto que han aumentado algo los expedientes relacionados con problemas de convivencia universitaria, pero no lo atribuyo tanto a un empeoramiento general de la convivencia, sino a que hay problemas latentes que cada cierto tiempo dan la cara. Como he dicho en más de una ocasión, la convivencia exige de cada miembro de la comunidad universitaria algo que, como Defensor, no sabría bien definir, pero que todos sin exclusión llevamos guardado en algún sitio. Saber convivir requiere una determinada actitud mental y una cierta inteligencia para comprender las situaciones, a veces complejas y otras no tanto, que nos rodean. Nadie, ni siquiera un Defensor, puede enseñarnos a convivir. Es cierto que hay personas que conviven mejor que otras y parece evidente que las personas más inteligentes emocionalmente saben convivir mejor.

-¿Qué relación tienen esos problemas de convivencia con la crisis económica y con la política educativa que lleva a cabo el Ministerio de Educación o la Junta de Andalucía?

-Siempre es posible que en situaciones de dificultad económica disminuyan los derechos sociales, aunque lucharemos con todos nuestros esfuerzos para que esto no sea así, o por lo menos para que no afecten significativamente a lo ya conseguido, principalmente en política de becas. Lo peor con diferencia es esa mezcla extraña que se está produciendo en España de sufrimiento para los débiles, impunidad para ciertas castas y salvoconductos para las élites de la economía. Esa sensación generalizada de que no todos somos iguales ante la ley entiendo que puede destrozar para lustros nuestro Estado de Derecho. En lo que concierne más concretamente a la Universidad, lo cierto es que se está creando un nuevo segmento de desfavorecidos en la comunidad, que es el de aquellas familias que no pueden obtener becas y ayudas debido a la renta que poseen, pero que tampoco les alcanza para cursar sin beca una titulación en otra ciudad para la que han obtenido nota, o disfrutar de una estancia Erasmus o de intercambio en el extranjero, por ejemplo, es decir, por un lado se pasan y por otro no llegan.

-En esta situación de recortes, parece que siempre es el alumno el eslabón débil...

-En nuestra Oficina hemos constatado, y lo digo con orgullo, cómo el número de problemas que podemos solucionar aumenta y aumenta cada año. Y digo que me alegra y enorgullece porque de ello se beneficia siempre la parte más débil, que en efecto es el alumno, pero, ojo, el alumno al que le asiste la razón. A veces se me indica por parte de algún compañero que estoy siendo "demasiado defensor de los alumnos". Yo soy el primero en comprender esta indicación cuando a la persona que presenta la queja no le asiste razón alguna, en un 25% de los casos aproximadamente. El problema es que para saber si un alumno lleva razón o no, primero hay que oírlo. Pero, por supuesto, si una queja es manifiestamente infundada, ni siquiera se admite a trámite y, si tiene fundamento, lo primero que se hace es contrastarla con la versión de la otra parte. Otro aspecto importante son las formas. He dicho hasta la saciedad que quien no cuida las formas deja sus razones por el camino. En el momento actual se viene detectando en los estudiantes una evolución realmente preocupante. Por desgracia, se produce con más frecuencia de lo deseable el que un estudiante que tiene razón en su demanda y al que le resolvemos el problema, paralelamente debe ser sancionado o apercibido por su falta de educación y de respeto para con sus profesores. Al respecto, estoy convencido de que la única forma de luchar contra esta preocupante evolución es el cumplimiento riguroso de la normativa por parte del profesorado y del PAS [Personal de Administración y Servicios].

-¿En qué temas han aumentado las reclamaciones?

-Salvo cuestiones muy concretas, la distribución de quejas no ha variado significativamente. Como decía antes, han aumentado los asuntos un 20%, y ello debido más a cuestiones administrativas o de procedimiento que a vulneraciones graves de derechos.

-¿Ha habido quejas relacionadas con el Plan Bolonia? En este curso se graduarán los primeros alumnos de los nuevos grado en la UGR.

-Todavía es pronto para hacer balances de lo que el Espacio Europeo de Educación Superior puede aportar a la formación de nuestros estudiantes y a su integración en el mercado laboral nacional e internacional. Por ahora hemos de decir que, como era de esperar y resulta lógico, esa implantación no ha estado exenta de dificultades que se vienen resolviendo de la mejor manera posible. Habrá que esperar algún tiempo más para poder medir bien los resultados y hacer un buen balance.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios