Granada

Los trabajadores de los centros de menores piden medidas contra las agresiones

  • Aseguran que desde septiembre al menos 18 empleados del Ángel Ganivet y el Bermúdez de Castro han sufrido lesiones

Ayer se concentraron ante la sede de Igualdad.

Ayer se concentraron ante la sede de Igualdad. / carlos gil

Trabajadores de los centros de menores Ángel Ganivet y Bermúdez de Castro de Granada se concentraron ayer para reclamar a la Junta "medidas correctoras" frente a las "continuas" agresiones que padecen, afirmando que van en aumento y que desde el mes de septiembre han sufrido lesiones al menos 18 empleados.

Afirman, de hecho, que el "clima de violencia" que existe en estas instalaciones a causa de la conducta de algunos jóvenes favorece "motines" y "altercados" que perjudican al resto de internos e impiden la labor educativa del persona.

Desde el comité de empresa, que secundó una concentración ante la Delegación de Igualdad, Salud y Políticas Sociales -de quien dependen estos centros-, señalaron que "las agresiones que se producen hacia la plantilla y el resto de los menores" suponen "que el personal acuda a su puesto de trabajo cada día con miedo". Por este motivo, piden a la Fiscalía que actúe y a la administración que atienda a los menores con trastornos mentales de forma específica. Consideran que "hay circunstancias que favorecen este tipo de altercados, como la sobreocupación en ambos centros, con una capacidad de 25 plazas cada uno pero que se sobrepasan en el 90% de los días".

Por último, los representantes de los trabajadores solicitan que aquellos menores con conductas violentas y adicciones sean trasladados a centros específicos donde ser atendidos y piden una atención personalizada para aquellos menores con trastornos graves de conducta o de adicciones que precisan un centro específico donde recibir la atención que necesitan.

Desde la Junta de Andalucía han defendido tras la concentración que por los centros de protección de menores pasan cada año cientos de menores que "son capaces de encauzar sus vidas e insertarse con normalidad en la sociedad frente a un número muy minoritario de casos", por lo que cree que "sería triste que estos últimos fueran los que dieran una imagen global de estos centros y por ende abundaran en la estigmatización de estos jóvenes". Así lo señalaron a Europa Press fuentes de la Delegación de Igualdad, que condena "cualquier tipo de violencia y agresión", pero incide en que se trata de menores "a quienes, por legalidad y por obligación moral y humana" se debe proteger.

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