Granada

La rotura de la tubería enfrenta a Obras Públicas y Emasagra

  • La Junta y la constructora del Metro afirman que en los planos no aparecía la arteria perforada · La empresa municipal alega que sí se facilitaron esos datos

Mientras los comerciantes y los vecinos echan cuentas sobre los daños causados por la rotura de la tubería que el jueves anegó el Camino de Ronda a la altura de la calle Juncos, la Junta de Andalucía y Emasagra se echan la culpa sobre lo ocurrido.

Anteayer, poco después de las seis de la tarde, una máquina perforadora rompió una de las canalizaciones de agua más importantes de la capital, la arteria 800, lo que provocó un herido leve, la rotura de varios cristales y una riada en Camino de Ronda que hizo necesaria la intervención preventiva de los Bomberos.

Ya en frío, la Junta de Andalucía afirmó ayer que investigará las causas ya que la tubería de agua no aparecía reflejada en los planos facilitados por Emasagra. En este sentido, el delegado de Obras Públicas, Jorge Rodríguez, indicó que tramitará y asumirá las reclamaciones de los afectados por daños, además de investigar las causas para depurar responsabilidades. Por su parte, el director del Metropolitano, Francisco Espinosa, alegó como hipótesis probable que no la tuvieran localizada la conducción debido a la antigüedad de la misma.

Por su parte, Emasagra comunicó que sus técnicos están realizando un informe tras el que se decidirá si se realiza una reclamación a la propia Junta como responsable del incidente.

Además, la empresa municipal de aguas afirma que entregó en marzo de 2005 y en marzo de 2008 la documentación solicitada por la empresa, en la que se detallaba el paso de todas las conducciones de las redes de abastecimiento. Emasagra indicó asimismo a la empresa adjudicataria de la obra que antes del inicio de la misma se pusieran en contacto con la dirección de explotación de la empresa municipal, pero la constructora inició la perforación en el Camino de Ronda sin informar a Emasagra.

En el otro lado se sitúan los vecinos, los más perjudicados por lo ocurrido el jueves. "Hubo un momento en el que no podíamos salir", explica Encarnación Morales, propietaria de la tienda Lord. "Tuvimos que pedir que nos hicieran un dique para que no nos entrara agua y salvamos todo lo que pudimos" del género de la tienda, dedicada a vestuario profesional. "Sentimos impotencia y susto de no dominar la situación", añade su marido, Antonio Castillo. "Lo primero que le dijimos al capataz era si no tenía planos", recuerda. Aquello fue el inicio de un jornada muy larga, que sólo finalizó poco antes de la medianoche, cuando vieron la situación bajo control. El día después estuvo dedicado a la limpieza del local y a la calculadora. Una de las cuentas está clara. "Ayer no entró en la tienda ni un euro".

Sí tuvo tiempo para hacer una primera estimación Francisco Árbol, dueño de Taller Andaluz. "En daños materiales puede haber unos cuatro o cinco mil euros", calcula Árbol, que afirma que "sí esperaba que sucediera algo así". "Un año midiendo y a la primera pinchan donde no es".

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