Si hay algo que gusta sin excepciones es todo lo que sea gratis, desde las muestras de congelados del supermercado hasta las revistas de artículos de bricolaje que se amontonan en los buzones de la calle. Algo muy característico cuando uno va de viaje es llevarse los botes de gel u otros recuerdos de la habitación del hotel en el que se aloja. Estos actos se han incrementado de forma alarmante durante los últimos años, hasta el punto de que ha aumentado la magnitud de los objetos que los turistas se llevan de recuerdo. Una situación que en Granada no pasa desapercibida siendo una ciudad turística por excelencia y un destino preferente en Semana Santa.

Las cadenas de hostelería han pasado de enfrentarse a los pequeños robos a hacer frente a una avalancha de pérdidas derivada de la sustracción de los objetos más variopintos imaginables. Toallas, cuadros, secadores, bombillas e incluso sábanas, son algunos de los botines más comunes que los turistas se llevan de estos lugares de vacaciones. El periodista especializado en fraudes y defensa del consumidor, Francisco Canals, explica que, "aunque a priori pueda parecer que no supone una gran pérdida, se ha convertido en una sangría de dinero para las cadenas hoteleras, que ven cómo desaparecen centenares de millones de sus beneficios".

Según una encuesta realizada por la plataforma Hotels.com a 5.000 viajeros, hasta el 71% de los españoles y argentinos admiten haberse llevado de recuerdo algún objeto de valor a su paso por el hotel. Tras ellos se sitúan los americanos con un 53%, siendo los coreanos, chinos y noruegos los que menos 'recuerdos' se llevan de sus hoteles con un 31%. Estos datos concuerdan con los realizados por otras empresas del sector como Jetcost.es que afirma que el 81% de los turistas admiten haberse llevado algo de su hotel.

Según Canals, lejos de sentir algún tipo de reparo o arrepentimiento, Internet se ha convertido en un inmenso escaparate donde los internautas suben con orgullo los "trofeos" obtenidos durante sus viajes. Además estas páginas son un hervidero de comentarios y consejos sobre cómo sustraer distintos artículos sin levantar las sospechas de los recepcionistas del hotel.

Entre los productos estrella de las sustracciones se encuentran, un año más, las bebidas del minibar. Para evitar este tipo de hurtos no son pocos los locales que han decidido blindar sus neveras con cerraduras electrónicas y otras medidas de seguridad como básculas electrónicas y sensores de movimiento. A las pérdidas derivadas de estos ladrones amateurs hay que sumarle la de los expertos en la materia.

Semana Santa, al igual que cualquier periodo de vacaciones, es un caldo de cultivo para la proliferación de robos, ya sea en las cadenas de hostelería o en los domicilios particulares. Mapfre alerta, por ejemplo, de que los robos al hogar suben hasta un 17% en estas fechas, siendo uno de los motivos principales de las llamadas que reciben en esta época, sólo por detrás de los problemas con el agua, cristales y daños eléctricos.

La próxima vez que salgamos de casa y vayamos a un hotel quizás sea buena idea vigilar el karma y evitar la tentación de llevarnos un recuerdo, no vayamos a regresar y encontrarnos nuestra casa igual.