Granada

La vía crucis del tren

La vía crucis del tren

La vía crucis del tren

Tres ya, más de 1.000 días sin tren, y todavía habrá quien piense que se trata de ineptitud. Para nada, todo es consecuencia de intereses, la tarta es la que hay y si tenemos gastos extraordinarios para contentar a los que de verdad mandan pues no queda para conectar Granada con el resto del territorio, véase rescatar bancos que echan a gente a la calle, con niños incluso o rescate de autovías de amiguetes que no les fue bien.

Es bastante comprensible pues, entender la situación en la que nos encontramos sobre todo en la periférica Andalucía Oriental, tan alejados del Congreso y el Parlamento, tan olvidada por el PSOE de los ERES y por el PP de la Gurtel que con la inestimable ayuda de la naranja mecánica Cs, arriba en los Madriles o aquí abajo en nuestra esquilmada Andalucía, perpetúan y acentúan los recortes.

Solo necesitamos un pequeño vistazo al mapa ferroviario de Andalucía para ver un desolador panorama en el que de manera mágica desaparecen las líneas al dejar atrás la bella Córdoba, los argumentos no se sostienen siendo el ferrocarril, el medio más respetuoso con el medio ambiente (ni que necesitáramos el aire para vivir), rentable, seguro y popular. Nos gusta quejarnos, admitidlo, si nos están acercando el futuro con la alta velocidad… Un medio para gente de economía holgada, con paradas en pueblos inhóspitos como Otero de Sanabria, una pedanía zamorana de apenas 26 habitantes con todo el encanto del mundo, pero no creo que, con la necesidad de una parada del AVE presupuestada en 4,2 millones de euros, estoy seguro que un pueblo sin farmacia tiene otras prioridades.

Volvamos a Granada, porque aquí siguen en la lucha, como en el pequeño pueblo de la Galia en la que habitaban Asterix y Obelix luchando contra las mentiras de unos y otros los incombustibles vecinos de la Chana en la Marea Amarilla, que siguen peleando por que no les dividan su barrio, teniendo que recordar que los barrios son para llenarlos de vida y vivirlos sin muros, algo que parece no importar a nuestros desgobernantes, total el coche oficial no necesita vías.

Aún recuerdo cuando íbamos en el nocturno con mi tía a Barcelona, armada de valor se iba con 5 criaturas que nos peleábamos por escoger la litera más alta, compartiendo tren con temporeros que marchaban a la vendimia o simplemente familias que iban a visitar a sus seres queridos. Hoy ya no puede circular por las vías granadinas que tantas veces recorrió, en cambio hay un tren que si llega, uno que los temporeros no podrán coger, es el Al-Ándalus con un módico precio que va desde 1.800 a 3.500 euros, este sí puede llegar sin problemas, una vez más podemos comprobar para quien trabajan ''nuestros'' representantes públicos, más para ese 1% que todo lo tiene que para el 99% que los aguantamos, pero lanzamos un mensaje claro, seguiremos luchando por los derechos que son nuestros, y el tren en Granada es uno que siguen negándonos, por tanto seguiremos peleándolo.

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