GRANADA CF

Abrupto final a la era Oltra

  • El club destituye de forma fulminante al entrenador tras encadenar en Oviedo la tercera derrota consecutiva

  • Pedro Morilla, técnico del 'B', cogerá el equipo hasta final de temporada

José Luis Oltra había gastado mucho crédito ante el club en el mes de enero. Tres derrotas fuera de casa de forma consecutiva en Cádiz, Albacete y Barcelona B, las dos últimas ante rivales asequibles de la zona-media baja, le quitaron al técnico valenciano una credibilidad que salvaba siempre en casa, donde ahí sí que construyó un Granada sólido. El rendimiento en Los Cármenes, sumado al triunfo en Córdoba, parecían abrir un nuevo panorama al valenciano, al que los resultados le han dado la espalda en las tres últimas actuaciones.

La etapa de José Luis Oltra como entrenador granadinista se terminó de forma abrupta y, quizás, en el momento más delicado de la temporada, cuando llega una fase del calendario en la que podía recuperar aliento, pero en la que se presentaba a una final como la del próximo domingo contra el Numancia con bajas muy importantes sobre todo en el frente de ataque. La paciencia de la directiva se terminó de agotar y en la mañana de ayer le fulminó a la llegada del equipo desde Oviedo. A las pocas horas, el club anunció el nombre de su sustituto. No se fueron a buscar muy lejos, en concreto hasta el equipo filial. Pedro Morilla sube del 'B' a la primera plantilla y no de forma interina, sino con todos los galones y los poderes hasta final de temporada. La apuesta es arriesgada para lo que hay en juego.

El Granada Club de Fútbol no ha aguantado más. Una nueva derrota del equipo que hasta ayer dirigía José Luis Oltra le ha costado su puesto de entrenador de la primera plantilla. La cúpula rectora del club estuvo reunida en la Ciudad Deportiva desde la mañana evaluando la situación del equipo y la continuidad del técnico mientras que éste regresaba de Oviedo junto al resto del plantel. Diez minutos antes de la una de la tarde, hora fijada para el comienzo del entrenamiento de recuperación del equipo, el club hizo oficial el despido del valenciano, que se convirtió en el entrenador del Granada el pasado 3 de junio para esta temporada con opción a una más. Con él, también cae el resto de su cuerpo técnico. La entidad, mediante una nota en su web, agradeció a Oltra y su equipo de trabajo "los servicios prestados" y les deseó "suerte en su andadura profesional".

A Oltra no le ha ayudado la irregularidad del equipo ni la exigencia que tanto él mismo como el director deportivo se pusieron en su presentación. Manolo Salvador afirmó en la puesta de largo de Oltra que "es el entrenador idóneo para lograr el reto de estar entre los dos primeros". Hubo paciencia con él al inicio de la temporada, en la que el Granada firmó cuatro empates y una derrota, al tener que ensamblar una plantilla nueva que además tuvo que enfrentarse a la lesión del delantero estrella, Adrián Ramos, y su posterior conato de rebelión con su salida. El equipo rojiblanco empezó una escalada clasificatoria con la que todo parecía estar en orden. Una derrota en ocho partidos, con seis triunfos y un empate llevaron al equipo a estar durante dos jornadas, la 12 y la 13 en los puestos de ascenso directo. El Granada estaba donde la exigencia requería. Pero desde ahí empezaron los problemas. La sorprendente derrota contra el Sevilla Atlético en Los Cármenes no tuvo respuesta inmediata con un triunfo fuera de casa, pese a que en ella el equipo no cejaba y ganaba siempre (con suficiencia al líder Huesca y el milagro frente al Almería). El equipo perdió en Vallecas y no pasó del empate en feudos como León y Reus, donde el juego dejó mucho que desear.

En enero se empezó a colmar la paciencia en el club. Hasta ese momento, su principal valedor, Manolo Salvador, era su sustento, pero tres derrotas seguidas fuera quebrantaron la confianza del director deportivo en el entrenador por el que había apostado en pretemporada, imponiéndose al mismísimo presidente, cuya primera opción era Fernando Hierro.

El rendimiento del equipo durante los meses de diciembre y enero evidenciaron con virulencia los problemas defensivos del Granada, que recibía una media de un gol por partido, la mayoría de ellos en acciones a balón parado, y el escaso rendimiento fuera de casa, donde siempre perdía. Oltra llegó a febrero sin margen para el fallo y el Granada respondió ganándolo todo: tres partidos en casa y uno fuera, en Córdoba, donde rompió una sequía de triunfos visitantes que duraba desde octubre. Si febrero le dio espacio a Oltra, marzo ha ido por el camino inverso. Perdió en Lugo en el descuento un partido que debió ganar el Granada por las ocasiones generadas, y en el que los cambios perjudicaron el desenlace final. Al fin de semana siguiente, el Nàstic acabó con la racha en casa y ya ni Los Cármenes era garantía de triunfo. La derrota en Oviedo era la tercera seguida, de nuevo con un guión parecido a otras: dominio, ocasiones falladas, y errores infantiles que provocaron goles contrarios.

Esa falta de seguridad, la irregularidad en los resultados, estar ocho puntos del ascenso directo, llevar el doble de derrotas que el primer y el segundo clasificado, y ser el segundo equipo más goleado de los ocho primeros han sido motivos suficientes para que la directa haya considerado fulminar al entrenador valenciano, que se va con su proyecto a medias y con el amargo sabor de no haber podido equilibrar una balanza positivísima en lo ofensivo y como local, con parar la sangría de puntos en las salidas fuera de Granada.

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