Granada CF

Alcaraz pide "transmitir, apretar y llegar"

Lucas Alcaraz, en un partido.

Lucas Alcaraz, en un partido. / archivo

El entrenador del Granada, Lucas Alcaraz, explicó ayer en la rueda de prensa previa al partido que "tenemos que demostrar desde el primer minuto que los que nos jugamos algo somos nosotros, pero no vale con decirlo, hay que demostrarlo desde el principio".

El técnico cree que "cada uno tiene que sacar lo mejor de sí mismo, ponerlo en el campo y ganar el partido", y pidió "apretar los dientes" al estar su equipo "en el momento decisivo", mientras que el Valencia llega "en una racha buena" y está "en una situación tranquila".

"Es muy importante mantener la línea de los partidos de casa: transmitir, apretar, llegar, y el arranque del partido es fundamental", explicó Alcaraz, quien reconoció que es "posible" que continúe jugando con una línea de cuatro defensas, tal y como hizo en Riazor contra el Deportivo el pasado miércoles.

Sobre la vuelta del extremo marroquí Mehdi Carcela-González, afirmó que da al equipo "variantes interesantes, sobre todo en casa, porque a nivel individual puede desordenar al contrario y, si está bien, puede ayudar".

En relación a la ausencia por lesión del colombiano Adrián Ramos, reconoció que había dado al equipo "otra dimensión por sus características, que no son comparables a las del resto", pero que al faltar "en los partidos más determinantes" pierden "ese plus que había dado con su llegada".

Alcaraz no lanzó ningún mensaje a la afición porque "se le tiene que decir en el césped", ya que "donde hay que hablar y ganar es en el campo", e insistió en que ante "la situación del equipo, y a estas alturas de Liga, lo que hay que hacer es ganar".

"Más que pensar en cuentas generales para salvarse, hay que pensar en el próximo encuentro, porque es el que te marca, y el partido es el de mañana (por hoy)", sentenció.

Además, negó que en Riazor hubiera conformismo, apeló "al cansancio" por las acciones en que pudo parecer que se perdía tiempo y dijo que al final todos estaban "jodidos en el vestuario" y que "nadie daba por bueno el punto".

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